Frankenstein o El moderno Prometeo

Por Mary Shelley

Hace ya unas semanas que acabé el libro de Frankenstein y, a pesar de agradarme mucho, me ha dejado con ganas de más, decepcionándome ligeramente. Esta situación es típica: tus expectativas son tan altas que no acabas sino llevándote un chasco. Y esto me ha pasado a mí, que esperaba algo mucho más grande de lo que he leído en esta novela. Entiendo, pues, que sea la primera obra de ciencia ficción y que tiene su importancia, pero no le veo la grandeza que esperaba encontrar.

Antes de comenzar y que alguien corte sistemáticamente mi cabeza, he de puntualizar que me ha gustado, pero al ser exigente he encontrado algunas cosas que me han molestado. Si el libro superara mis expectativas simplemente haría una crítica literaria alabando a dicha obra, pero nadie es perfecto y eso es lo primero que se ha de admitir. Como escritores hemos de saber que siempre alguien en alguna parte nos sacará defectos, a nosotros y a nuestras obras.

El libro parece estribar en las emociones extremas e intensificadas, cosa que me ha apasionado desde el primer momento, pero que resulta repetitivo al final. He de admitir que yo soy de esta clase de escritores, aquellos que ponen especial énfasis en las sensaciones y sentimientos de los personajes, queriendo desgarrar la empatía del lector, pero no soporto que me repitan las cosas más de tres veces. En algunas ocasiones la autora le daba vueltas al mismo tema más de cinco páginas. Repetitivo, ideas comidas, regurgitadas, vueltas a comer, regurgitadas de nuevo y vueltas a comer. Y así un ciclo eterno. Es algo que realmente me ha desconcentrado de la lectura.

De hecho, uno de los mayores indicios por los cuales descubres que una obra no da la talla es que empieces a pasar páginas al azar y no se trastoque nada en el transcurso de la trama. Cosa que tuve que hacer al final. Al principio pensé que esto era característico del personaje principal, pero luego me di cuenta que era algo propio de la autora y que era cansino.

Y ya no solo hablamos de la reiteración de ideas, sino de palabras en sí, de cómo no es capaz de sacar sinónimos de su cabeza. Esto es algo que realmente no me esperaba, la falta de vocabulario. La única diferencia entre un párrafo y otro es básicamente el orden de las palabras. Por ejemplo: "mañana va a llover porque hay nubes" y "hay nubes y por eso lloverá mañana". Y prefiero no entrar en el tema de cómo describe los viajes, cosa que me parece altamente superflua e inútil, pues si algo no añade miga a la trama, ¿para qué narices lo incluyes? ¿Para lucirte? Si fueras una escritora excelente sería hermoso, pero eres medianamente mediocre.

Y no es algo característico del personaje pues todos parecen hacer lo mismo, aunque en el libro los únicos personajes realmente "bien" plasmados son Frankenstein y su bestia. Incluso diría que la bestia está mejor plasmada como personaje que Franekstein. Y aquí entramos en el tema de los personajes, que me han parecido todos bastante aburridos excepto la bestia. El señor Frankenstein es peor que una vieja tísica y la bestia quizá demasiado sapiente para su naturaleza, pero le tengo cierto cariño.

En cierto modo, los personajes quizá no estuvieron del todo logrados, quizá no demasiado profundizados. Pero creo que ese no es un pecado en esta obra, pues lo importante si está dicho. Aunque podría haberse esforzado en que los personajes se diferenciaran, al menos al hablar.

La forma de contar la historia me ha parecido la menos adecuada para lo que, creo, que quería transmitir la autora. Una idea buenísima que me ha encantado y que he sabido apreciar, pues se nota el esfuerzo que ha puesto en querer transmitir ese mensaje, pero creo que incluso la propia autora al acabar supo que no había completado su cometido a la perfección ni al cien por cien.

Algo que llegó a cabrearme es la rapidez con la que describe la creación de la bestia, es decir, su despertar, su nacimiento. Tampoco me parece que plasme demasiado bien la historia de la bestia ni su evolución. La historia simbólica de la dualidad, de cómo es la verdad un simple punto de vista, de como el bien y el mal dependen del ojo del que mira, no ha llegado a lograrse como toca. No ha sabido crear el ambiente que a mí, personalmente, me hubiera gustado y atraído. Respuestas incorrectas, preguntas incorrectas.

Reitero pues que me esperaba algo mucho mejor, quizá por eso me ha decepcionado. Si hubiera leído esta obra sin prejuicio ninguno -es decir, sin idea preconcebida- quizá me hubiera gustado más. Creo que le hubiera faltado algo a esta novela, un toque de profundidad.

Lo que la autora no cuenta

Esto es lo positivo de la obra y es que la autora deja caer la historia y el simbolismo, dejando que sea el lector quien comprenda. He podido sentir mi sangre hervir ante la estupidez de Frankenstein, he sentido compasión por el horrendo engendro, he podido comprenderle, compararle con la creación de los Dioses que nos lideran. Mostrándonos así que somos tal para cual, que el ser humano no es digno de pedir piedad si no actúa en consecuencia con esa palabra, como un padre nefasto y negligente con sus hijos, pues el humano puede cometer actos más atroces que los propios dioses. El ser humano, una criatura repugnante.

La estupidez humana, perfecto símil entre creador y creación, perfecta dualidad explicada, algo parecido a el Dr. Jekyll y Mister Hide, quizá incluso entendiendo que la propia bestia forma parte del Dr. Franksenstein. La verdad no se dirige siempre hacia una única dirección, a veces toma miles de ramificaciones y, aunque nos creamos dueños de toda potestad sobre ella, somos meras marionetas de nuestras pasiones. Verdades hay muchas, bondades hay muchas y maldades hay muchas, tantas como opiniones. Pues lo que es caos para ti, es orden para mí. Porque toda historia siempre tiene dos o más versiones. Porque aquel ser demonizado y satanizado podría ser una hermosa y bondadosa criatura, lanzada a las llamas del infierno por el propio miedo, por la ignorancia humana.


Reflexión final


Pero, ¿el nuevo Prometeo por qué? No veo, realmente, nada de nuevo ni nada trascendental. Hay mucha gente que quizá aun se pregunta por qué el nuevo Prometeo. Bien, pues porque Prometeo es Satanás, su mayor símil. Pues Él, como Satanás, fue el bienhechor de la humanidad, otorgándole de conocimiento y ambos fueron castigados por ello. Satán, Prometeo, el creador de la humanidad y que fue sentenciado por esta, castigado. Pues no hay ser más odiado que el diablo.

Estamos hablando de un paralelismo de Dios-Adán, Enki-Adapa, la triste historia de una creación. De como los creadores, con mayor prepotencia, usan a sus creaciones a completa disposición, como quieren destruir a sus criaturas -así como Yahveh quiso, como Enlil y los Anunnaki quisieron, así como muchos otros dioses de otras religiones quisieron acabar con los ruidosos humanos-, horrorizados por sus pecaminosos andares, temerosos de su superpoblación, observando su fealdad de alma y cuerpo. Y así, con extrema soberbia, quisieron acabar con ellos, creyendo tener el poder sobre la vida y la muerte, exentos de castigo divino y de leyes, siendo ellos los todopoderosos.

Veo la incapacidad de amar del creador, la huida de sus responsabilidades como padre, el abandono del hijo, la falta de piedad y empatía. Veo como la verdadera pretensión de la autora era mostrar la crueldad humana, la crueldad de los creadores, que menosprecian a sus criaturas. Como el mismo dios. Si nosotros no somos capaces de ello, ¿lo será él? Veo su pretensión de inspirar piedad, compasión por la pobre bestia, que no es culpable sino de existir en un mundo que no le pertenece. Veo una historia que me recuerda a Satanás, a Prometeo, siendo repudiado por aquellos a quienes solo ama ayudar y que daría la vida por ellos. Satanás, la bestia de Frankenstein, la bestia que todos llevamos dentro, la bestia que nosotros mismos creamos. Pues nosotros somos la verdadera bestia.

Me gusta porque la autora no dice, sino cuenta y el simbolismo se intuye; pero demasiada intuición hay que tener y me hubiera gustado que lo hubiera expresado de mejor manera, que hubiera contado la historia de manera distinta. Pero es un buen libro que hay que leer.

Publicar un comentario

0 Comentarios