La estrella de David


Te veo, en cada flor que nace, en la publicidad de los carteles, muertes.
Te veo, en cada hombre que me mira, en cada mujer que camina, esclavos.
Te veo, en el amor y el odio, en la crueldad sobre todo, pandemia.

Veo tu destrucción, la enfermedad que desprendes, el caos que causas.
Todo es tuyo, cada mal que conozco, bajo tu influjo está el mundo.
Y sabes que te veo, te ríes, pero te he descubierto.

En el gobierno y el clero,
En el hospital y el colegio,
En la ciencia y la creencia,
En la carne y la esencia.
Invisible, no podemos verlo,
Pero es la mano negra que hunde,
de felina desgracia.

Eres siempre dos,
Dos figuras superpuestas
que se mezclan.
Un dios, un hados.
Pero yo soy el diablo.

Tengo miedo, porque veo,
y ya no hay marcha atrás.
Desespero, porque puedo
buscarte una vez más.

No puedo ignorarte, te sé,
Me sabes.
El saber es locura,
Soy el único que no duerme,
Cuando estás en penumbra.

Compadécete de mí,
Pero tú, cuando le veas,
Ya no podrás salir.

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