El cielo oscuro

Mensaje del infierno para la tierra.




Cuando estás en lo cierto y te ves caer,
En un mar de serpientes que gozan al morder.
Tu carne podrida se descompone en sus labios,
Y aunque diste todo lo posible te viste caer.

Porque ellos te dieron cualquier exigencia.
Cualquier antojo en tus manos se encuentra,
pero el vacío en tu interior yace desde la imprenta.
De tu alma solitaria, la necesidad no está cubierta.

El hastío llega a tus ojos, se cierran.
Tan cansado de la vida que con ansia esperas,
Y antes de que venga ya parece maldita,
Porque aunque quieras soñar algo lo evita.

Clavado en una existencia materialista.
Ajena a todo deseo que en ti habita.

No dejes caer la lluvia,
No atraigas la tormenta.
Siempre hay salida para la agonía eterna.
El amor malgastado no se devuelve,
Pero el odio inmerecido crece ingente.

¿Hay algo más que te puedan quitar?
¿Algo más para hacerte enojar?
¿Algo que destruya otro pedazo de tu honra?
¿Otro veneno que desvanezca tu esperanza?

La luz te guiará,
Tan solo has de saberla buscar.
Si intuición crees obviar,
La magia en ti se creó desde el origen.

Y todo el daño causado,
Por unos o por otros,
Yo lo arreglaré.
Fijaré todo de nuevo,
Dónde siempre debió estar.

Cuando perdimos aquello tan valioso,
nos sentimos derrotados.
Pero la muerte es demasiado sumisa como para aceptarla.
Y aunque todo se nos muestre en tinieblas,
Seguiremos caminando hacia un nuevo alba.

Sigue la luz, elígela tú,
Purificará tu cuerpo,
Quemará tu alma,
Baila con las llamas,
Sedúcelas a ellas,
Para descubrir el secreto guardado por las estrellas.

Porque las estrellas cayeron del cielo a la tierra,
Y nunca jamás brillaron.
Pero su divina esencia quedo grabada en piedra,
Y resurgieron de la pavesa.

En el cielo como en la tierra,
En la tierra como en el infierno,
Si no existe el amor existirá el rencor,
Y si no hay perdón habrá sanción.
Sin olvido tendré mi venganza.

Pretender no es vencer, pero es mejor que esperar,
Esperar a dormir y en un sueño expirar.
El anhelo te mueve y te hace confiar,
que te mereces algo más.

Y lograremos el cometido,
Con el que siempre sufrimos,
Con el que nos arrancaron la dicha,
Por la carga siempre llevada.

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