Agarre sus mejillas con mis manos, fuertemente, sintiendo el calor
que emanaba su cuerpo, con unos ojos húmedos y radiantes que me miraban
hasta atravesarme.
¿Hasta cuándo voy a callar? Si cada vez que te veo y
te tengo en mis brazos me tiembla el cuerpo entero, mi corazón se
paraliza por un segundo, para luego latir con más fuerza al encontrar tu
mirada. ¿Por qué no te expulso de mis sueños? Yaces en cada pensamiento
del día y bailas en mi cabeza y juegas con mi deseo. Pero tú, yo, te
siento tan lejos, si me acerco me quemo y si me alejo muero. Siento la
dulzura de estar preso en tu alma y convivo con tu esencia cada día,
pero el éxtasis llega cuando me besas y puedo sentir tus labios, suaves,
sobre los míos. ¿Por qué no decirte que te amo? Que te amo cada
segundo, que la vida cobra sentido porque tú la haces vibrar en mi
interior, en mi exterior y en todos lados. Porque ser y existir son
cosas del pasado, contigo soy la máxima expresión de mí mismo, soy una
llama ardiente, soy una tormenta, soy como una estrella, soy una eterna
emanación de poder que nunca cesa, porque tú me das fuerzas. Porque el
sol nace contigo, porque la luna se acuesta con nosotros, porque de ti
sacan ambos su brillo.
¿Qué importa el resto, los
demás, la realidad? Solo quiero perderme contigo y descubrir un universo
nuevo juntos, crear nuestro propio mundo, donde solo tenga que amarte.
Y
si mientras te digo esto, tan solo dudas un segundo, porque te preocupa
el tiempo, porque quizá te preocupa el futuro, o el pasado, o el
presente, solo podré decirte que tú me perteneces. Que será así
eternamente, como yo soy tuyo igualmente. Solo hace falta un pequeño
hilo que nos una, estira de él y me encontrarás al otro lado.
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