El rey enamorado




Soy horrendo, con extremada desdicha,
Escamas cual encina, dementes pupilas
Cuerpo enjuto, que supura tristeza.

Pero, ¡qué suerte la mía!
Tú también lo eres.
Destartalado, cual fruta descompuesta.
Insolente, de extravagante demencia.

Esperpentos en nexo escarlata.
Quimeras malditas, siempre esquivas,
Con gruñidos al nuevo alba de un día.
Terror para el mortal que nos señala.


Soy insidioso, con sádica perfidia,
De mente partida y palabra persuasiva.
Orgulloso el ego de dicha vileza.


Pero, ¡Me acompaña la suerte!
Tú eres tal escoria.
Cuyo verbo destruye cosechas,
Ánima que está llena de indolencia.

Conquistaremos con la templanza,
La fría mano de hierro obtenida.
Decoran sollozos nuestras consignas.
Sangre será el vino de la venganza.


Soy apático, sufre mi psicopatía.
Calculador descaro, obro infaustas penurias.
En el hastío eterno encuentras mi belleza.

No importa, no es menester.
Pues tú, ¡ofidio como yo!
Que responde ardiente mordiendo.
Que  compasión no conoce ni consuelo.

Juntos, sin acedia por usanza.
Hagamos loa a la misantropía.
Deferente egolatría, no fingida.
Del bajo mar proviene la pujanza.


Soy irascible, con rabia contenida.
Bilis hacia todas partes esparcida.
Tú mutas mi basta furia en perfecta.

Pero tú, ¡tú cielo!
Peor que yo eres mil veces.
Mortales besan a tu paso el suelo.
Con temblor, que vibra en son de tu duelo.

Aniquilaremos unidos las almas,
Mentes y gentes, cuerpos y templos.
Con verdades hirientes,
Cuya ofensa es tormento.


Soy un inútil,
Fútil ser humano sin hados.
Más servil que lacayo,
Sin fruto sembrado ni suelo labrado.

Tú, misma esencia, no vales para nada,
Pero vales para nada conmigo
Y ese es nuestro destino.


¿Para qué quiero ser perfecto,
si fundidos somos perfectamente repugnantes?

¿Para qué quiero ser bondadoso
 si somos juntos perfecta malicia inexorable?


Sombras vacías, de miserable mi vida,
Iluminadas por cobrizas
las sonrisas, que me estiman.

Libertad es destruir contigo
Vivir es odiar juntos. 
No quiero morir, 
Si no he matado antes contigo.
No tiene sentido ser libre sin ti, 
No tiene sentido.

Aun con demonios acechando,
Por la sangre derramada,
Es arte hasta la más terrible matanza.
Pues la observo contigo.


¿Para qué tener propósito?
Mi único propósito es,
Debe ser,
Será,
Perderme contigo,
Porque nadie salvo tú,
debe guardar recuerdo.

No existe esperanza, somos repudiados espectros,
Pero será existencia fácil si la comparto con mi efebo.

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