Taurinos, estoy totalmente de acuerdo con vuestra causa. Hay que preservar las tradiciones. Todas y cada una de ellas. Totalmente mi apoyo tenéis desde ahora, pues el toro no sufre, es pura tradición cuya belleza se perdería en el olvido si dejáramos a los antitaurinos campar a sus anchas.
Sí, porque las tradiciones son bonitas, a su manera, son un
resquicio vetusto de nuestra identidad. ¿Cierto? Sí. Por ello, sé que me
acompañaréis en la siguiente causa: la pederastia.
¡Claro! ¿Por qué no? Hermosa tradición griega que, desgraciadamente, se ha perdido por completo. En la antigua Grecia no solo estaba aceptado, sino que era un auténtico honor para un niño que un soldado, un ciudadano de noble familia, se le acercara para pedirle un coito o incluso matrimonio. Porque es una tradición y los niños ahora están mal acostumbrados, no sufren, ¡es un honor para ellos ser mancillados por un noble caballero!
¡Claro! ¿Por qué no? Hermosa tradición griega que, desgraciadamente, se ha perdido por completo. En la antigua Grecia no solo estaba aceptado, sino que era un auténtico honor para un niño que un soldado, un ciudadano de noble familia, se le acercara para pedirle un coito o incluso matrimonio. Porque es una tradición y los niños ahora están mal acostumbrados, no sufren, ¡es un honor para ellos ser mancillados por un noble caballero!
Por eso, luchemos por la pederastia, para legalizarla, para
preservar esta hermosa tradición que perdemos. Luchemos por los pederastas,
luchemos por los toreros.
He dicho.
El culto principal del mitraísmo naciente del imperio romano fue la tauroctonía, es decir, el culto del sacrificio del toro. Se dice que el mirtaísmo fue un mazdeísmo "romanizado" y que tenía, como el mazdeísmo, una teología dual. A pesar de esto, no hay indicios de tauroctonia en el mitraísmo iraní.
Mitra aparece en esta imagen con un pantalón y gorro frigio, apuñalando con cuchillo sacrificial al toro. A su lado, un perro y una serpiente que quieren beber de su sangre -ritual de sangre y sacrificio-, y un escorpión atacando su zona genital. Se creía que al derramar la sangre del toro se lograba el renacer de la vida y la luz.
La posible razón por la cual se obraba esta tradición se escapa de nuestra comprensión, siendo su origen y significado totalmente inciertos. Se cree que representa la precesión de los equinocios, en la cual la muerte del toro representa la fin de la Era de Tauro y el comienzo de la Era de Aries. A parte de su carácter ritual de sacrificio y el propósito del derramamiento de sangre, la función de este ritual es incierta.
También existía la tradición del taurobolio en Roma, un rito vinculado con Cibeles y Atis en el que se sacrificaba a un toro. Se cazaba un toro salvaje, podría ser que con un lazo, para sacrificarlo a una divinidad. Posteriormente se transformó en el degüello de un toro y el baño del iniciado en su sangre. A este ritual le seguía el sacrificio de un bovino, podría ser que todo esta ceremonia se basara en la iniciación de un discípulo. En las inscripciones relacionadas con estos rituales aparece "uires excepit… et transtulit" («tomó sus fuerzas y las transportó»).
En sumeria tenemos un mito que se podría interpretar como el origen único de la tauroctonia. En las aventuras de Giglamesh aparece la diosa Inanna, que estaba locamente encaprichada de Gilgamesh (Ishtar, Astarté, Venus, Afrodita, etc.). Inanna se declara ante el héroe, pero este la rechaza provocando su ira. Como venganza Inanna envía al Toro de las tempestades para destruir a Gilgamesh y su amigo Enkidu (que había sido enviado con anterioridad por el Dios Enlil como castigo para matar al héroe, pero finalmente se hicieron amigos tras un arduo duelo). Gilgamesh y Enkidu dan muerte al Toro, pero esto enfurece a los dioses, que decretan que Enkidu ha de morir.
En sumeria el toro era un animal sagrado asociado con Enlil, dios por excelencia de sumeria, predecesor de Yahveh y enteramente vinculado a este.
El origen del sacrificio del toro
Esta tradición proviene de muchos siglos atrás, de la época romana, los tiempos de las religiones paganas, en la cual el cristianismo comenzó a crecer con su característica mimética. Es decir, la de plagiar y copiar todo aquello popular del resto de religiones colindantes. El culto a Mitra, deidad solar, se cree comenzó en Persia, se extendió por la india y Roma (para más información véase la bibliografía).El culto principal del mitraísmo naciente del imperio romano fue la tauroctonía, es decir, el culto del sacrificio del toro. Se dice que el mirtaísmo fue un mazdeísmo "romanizado" y que tenía, como el mazdeísmo, una teología dual. A pesar de esto, no hay indicios de tauroctonia en el mitraísmo iraní.
Mitra aparece en esta imagen con un pantalón y gorro frigio, apuñalando con cuchillo sacrificial al toro. A su lado, un perro y una serpiente que quieren beber de su sangre -ritual de sangre y sacrificio-, y un escorpión atacando su zona genital. Se creía que al derramar la sangre del toro se lograba el renacer de la vida y la luz.
La posible razón por la cual se obraba esta tradición se escapa de nuestra comprensión, siendo su origen y significado totalmente inciertos. Se cree que representa la precesión de los equinocios, en la cual la muerte del toro representa la fin de la Era de Tauro y el comienzo de la Era de Aries. A parte de su carácter ritual de sacrificio y el propósito del derramamiento de sangre, la función de este ritual es incierta.
También existía la tradición del taurobolio en Roma, un rito vinculado con Cibeles y Atis en el que se sacrificaba a un toro. Se cazaba un toro salvaje, podría ser que con un lazo, para sacrificarlo a una divinidad. Posteriormente se transformó en el degüello de un toro y el baño del iniciado en su sangre. A este ritual le seguía el sacrificio de un bovino, podría ser que todo esta ceremonia se basara en la iniciación de un discípulo. En las inscripciones relacionadas con estos rituales aparece "uires excepit… et transtulit" («tomó sus fuerzas y las transportó»).
En sumeria tenemos un mito que se podría interpretar como el origen único de la tauroctonia. En las aventuras de Giglamesh aparece la diosa Inanna, que estaba locamente encaprichada de Gilgamesh (Ishtar, Astarté, Venus, Afrodita, etc.). Inanna se declara ante el héroe, pero este la rechaza provocando su ira. Como venganza Inanna envía al Toro de las tempestades para destruir a Gilgamesh y su amigo Enkidu (que había sido enviado con anterioridad por el Dios Enlil como castigo para matar al héroe, pero finalmente se hicieron amigos tras un arduo duelo). Gilgamesh y Enkidu dan muerte al Toro, pero esto enfurece a los dioses, que decretan que Enkidu ha de morir.
En sumeria el toro era un animal sagrado asociado con Enlil, dios por excelencia de sumeria, predecesor de Yahveh y enteramente vinculado a este.
Gilgamesh y Enkidu |
La fe en el toro muerto santamente pasó del taurobolio y del mitraísmo al culto cristiano. Que cada uno juzgue y saque sus propias conclusiones.
Bibliografía
Mitra matando al toroMitraísmo
Tauroctonía
Información sobre el origen y evolución mitraísmo
Taurobolio
Gilgamesh
Mito de Gilgamesh
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