Cómo definirte


En algún momento, he tenido que plantearme un supuesto que ha llenado mi cabeza de confusiones. Si tuviera que definirte, ¿cómo lo haría? Es complicado hacerlo con palabras, pues no se comprende a la perfección la esencia que desprendes. Quizá bondad sería una de ellas, deferencia otra, amabilidad inocente una conjunción de otras dos; pero la lista quedaría tan larga que podría escribir un libro entero con tan solo explicaciones tuyas y, aun así, nadie entendería todavía lo que estoy diciendo. Podrían, pues, hacerse una idea, pero sería como hacerse una idea del mundo de arriba con tan solo los atisbos de luz que nos da Platón; como tratar de imaginarse el paraíso leyendo tan solo el Génesis; como querer ver el futuro cuál cortometraje mirando bobamente los posos del café.


Por ello, como si fuera la búsqueda de mi propia razón de existencia, he buscado la definición adecuada, la que te haga justicia. He llegado a la conclusión de que existe un número que puede dar claramente la visión que tengo, que das, que posees: el 44. Si tuviera que definir tu alma sería con el 44. Según la astrología, o podemos llamarlo también pseudociencias, existen unos números maestros que tan solo ciertas personas, cuyos niveles vibratorios superan con creces al resto, parecen poseer. Son números especiales, para seres que gozan de una espiritualidad verdadera. El más alto de estos es el 44. Alguien que ha viajado tantas veces en el sendero de la vida que su vibración no es alcanzada por nadie, un espíritu amable que no conoce maldad. Y son estas personas las que cambian el mundo, porque son almas ascendidas que buscan dar un nuevo lucero al alba al perdido ser humano.

He conocido pocas personas en esta vida que merezcan mi respeto, menos mi admiración, pero tú eres una de ellas. Las razones las conoces, la gente puede saberlas pero ignorarlas, por envidias que solo les señalan a ellos mismos como culpables; pero yo las sé, las conozco, las predico.
Poca gente he conocido en esta vida que se merezcan mi admiración tanto como tú. Una persona que jamás ha hecho mal a nadie y que tan solo intenta profesar su comprensión al mundo.

Si el mundo estuviera lleno de Anas sería un paraíso.

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