Otelo


¡Me ahoga aquí mismo! !Es demasiada alegría!... ! ¡Que esto y esto (besando a Desdémona) sean las mayores discordias que conozcan jamas nuestros corazones!

La ultima frase feliz  que profesará Otelo a su esposa, en la cual reside y yace su futuro escrito por oráculos vetustos.

¡Oh, temo, no obstante!... Desdémona

La predicción de Desdémona sobre su experiencia en la isla y su terrible final.
Shakespeare hace guiños irónicos que sirven como predicciones del final que les acontence, al estilo Edipo Rey, que desde el principio sabemos el final. Aquí, en Shakespeare, se dejan caer estas adivinaciones sutilmente.





¿Y qué ocurre cuando abro el libro? Un prólogo escrito por a saber quién (no me apetece revisar el nombre), con un spoiler en el primer párrafo. Menos mal que todos somos conocedores de las historias de Shakespeare, de la tragedia que baña todas sus obras, por ello el spoiler del prólogo no es demasiado blasfemo, pero me hubiera gustado que se lo ahorraran. Siendo otra historia y otro autor, hubiera roto totalmente la magia. Por suerte, conocemos a Shakespeare y su modus operandi, así que no hubo desgracia.


Otelo plasma exquisitamente la maldición de los celos , la obsesión de la mente humana por imaginar a nuestra pareja en brazos de otro, siéndonos infiel y deshonestos a nuestras espaldas. Como, con unas pinceladas de sospecha, se puede convertir hasta el acto más humilde e inocente en una desvirtuada imagen de la maldad, que no hace más que alimentar nuestra rabia. Otelo, el personaje principal, que se verá caer el desgracia por dejarse llevar por este sentimiento horrible, incitado por otro personaje muy importante en la obra. Y mi favorito.


Los personajes principales, que serían Otelo y su amada Desdémona, no me interesan demasiado. Ya desde el principio nace la desconfianza, al menos en el subconsciente, cuando el padre de la querida avisa "al moro" (como se le llama en el libro) de que "si ha traicionado a su padre, a ti también". Están bien conseguida la trama, como se desarrolla a través de las escenas, como Otelo va perdiendo la cabeza, ¡sublime! Pero todavía más suntuoso Yago, el instigador, el traidor, el brazo de la venganza. El primer vampiro psíquico de la literatura no creo que sea, pero sin duda mi preferido. Obra con maestría, manipula a quien quiere sin más consecuencias que una pequeña charla, no es sino al final cuando todo lo cometido se le devuelve, como cabía de esperar.



Resumen y comentario

1º Acto

Se nos presenta a los personajes principales, aunque desde el punto de vista del padre. No está de acuerdo con su "unión", piensa además que "el moro" ha hechizado a su pequeña y no cree que haya amor ninguno. Sin embargo, cuando escucha de los propios labios de su hija que, efectivamente, le ama, cambia totalmente de opinión. Tan solo, bien se sabe, por la felicidad de su hija. Pero le hace una predicción a Otelo, como ya hemos mencionado antes: le traicionará.

Parece que esto es típico de Shakespeare, pero me recuerda también a Edipo y su, básicamente, spoiler de la trama entera en las primeras páginas. Las predicciones en las narraciones me parecen interesantes, le dan un toque especial al libro, te dan para pensar, y cuando lo vuelves a leer descubres muchas cosas. Porque, ¿si una novela se destruye por un spoiler, por saber el final, que novela de mierda es esa? Lo importante es el recorrido y Otelo es la prueba perfecta, una obra que habremos de tener como ejemplo para "una historia perfectamente llevada", de principio a fin.

El desarrollo es increíble. Y eso es lo importante.

Hay una guerra, la obra transcurre con un trasfondo bélico, pero se explica poco ya que lo importante son los celos, las emociones de los personajes, que son el motor narrativo. En las primeras páginas no se sabe bien de qué bando es Yago, llegas a dudar por su "magnífica actuación", eso es bueno. Finalmente con su monólogo se posiciona, pues toda trama ha de tener un antagonista y, aunque parecía el padre, pronto desaparece de la trama. El enemigo es Yago. En cualquier historia se recomienda presentar primero a los personajes y, enseguida, enfrentarlos al conflicto. 10/10 por Shakespeare. Hubiera estado bien dejar al lector que investigara, pero esta técnica es demasiado moderna. Muy del rollo maté a 50 personas en un sueño, veo fantasmas pero en realidad estoy loca y todo eso. No es que lo deteste (de hecho yo he escrito algo con esta técnica), depende mucho de cómo se escriba y porqué. Sobre todo porqué.


Y yago, ¿por qué es movido? ¿Por simples celos hacia su mujer? Efectivamente, cree que el moro se ha acostado con su mujer. Nada más lejos de la realidad. Veo una razón algo floja, pero quizá podemos entrever un complejo de inferioridad, CELOS (mejor dicho envidia) hacia Otelo que lo tiene todo. De paso, añadimos a esta venganza personal el objetivo de Cassio, otro personaje de la trama al cual quiere eliminar este Yago, simplemente por obtener su puesto. Con esto ya Shakespeare nos muestra un poco mejor el aspecto psicológico del personaje, viendo como es un caprichoso egoísta, que no le importan los medios para conseguir sus victorias.


Aquí quería llegar, lo que no se dice pero está.Y es que no todo se dice, pues solo hay diálogos y a través de ellos conocemos, sabemos, intuimos. Y Shakespeare hace parecer que sea magia pura, que todo encaje perfectamente. No todo ha de ser vomitado directamente a la cara del lector, pero tampoco hay que ocultarle cosas que no es capaz de saber. También depende de tus pretensiones y del tipo de novela que sea, obviamente.


Yago, manipulador nato, vaya artimañas que usa, todo un genio. Usa a todos a su alrededor para llegar a donde quiere, aunque está claro que Shakespeare no le dejará salirse con la suya, pero evidentemente se llevará consigo a todo el elenco de personajes, prácticamente.

Se ve que Otelo es una persona benevolente, demasiado confiada y Desdémona una esposa ideal. El amor perfecto roto por unos simples celos, por las pasiones del hombre que siempre acaban con la felicidad. Y, a pesar de que se ve que ambos se aman, yo (igual que Yago) dudo de la veracidad de su amor. Si amas no celas, si amas conversas y se arreglan las cosas.


Lo que si me fastidia es como, en ocasiones, las manipulaciones de Yago están cogidas por los pelos, casi por la pura casualidad todo le sale a pedir de boca. A un pelo del error total. Hubiera estado bien hilar mejor esas estrategias del enemigo, aunque no tengo quejas.



2º Acto


A través de Yago podemos ver un poco el machismo de la época. Desdémona se ve como la culpable de el enamoramiento tan vehemente, amor que viene demasiado rápido y que tan rápido como viene se irá, siéndole infiel con otro. Y así, proyectará su odio hacia sí misma hacia Otelo y la relación se destruirá. De Desdémona se dice que "se dejó engañar por las fantasías del moro". Como si Shakespeare intuyera que este estereotipo de hombres culparían a todos menos a Otelo, víctima por excelencia. Pero al final de la obra se ve claramente: Shakespeare quería que al víctima cándida fuera Desdémona, la cual no hace daño a nadie ni duda ni un solo momento de su amor por Otelo.


Pero por mucho que haga Yago no puedes sino admirar su maestría. Convence a un Cassio destituido a implorar a Desdémona para que interceda por él ante Otelo. Y siempre que Cassio parece "rendirse", ahí está Yago para recordarle su insistencia. El plan perfecto, sin fisuras.


3º Acto

Otelo defiende siempre a Yago, lo ve como un pobre inocente que confía demasiado en todo el mundo, cuando en realidad es el enemigo en casa. Pero, a pesar de que Otelo es una victima de la manipulación, ya debía haber de antes una desconfianza, aunque fuera inconsciente, o jamás hubiera tenido éxito ninguna de sus artimañas. Por eso y por lo que le hace a Desdémona no lo considero inocente paloma en esta obra.

Y cada acto que leía, más quería saber de Yago, más que de Desdémona y Otelo, que en el fondo me parecen unos básicos. Yago es el profesor de estrategia que todos deseamos. Consigue que Otelo le sonsaque "lo de Cassio y Desdémona", así que no podría, en un futuro, culparle por decírselo e instigarle a desconfiar, pues es Otelo quién le ruega que le diga sus pensamientos. E incluso le alaba, diciendo que es un gran hombre, admirándole incluso. Yago, un genio.

Cuando Cassio acude a Desdémona para implorarle y esta en consecuencia implora a su marido, los celos surgen como una bomba atómica. Grita a Yago, casi culpándole (fíjate que cosas...) pero finalmente se apoya en él, quiere que le cuente más cosas. A partir de este momento llama a Desdémona "la diablesa". Un juego de palabras ya que el nombre de ella es Desdémona, Desdemon (Demon, demonio).


4º y 5 Acto

La tragedia llega (Spoiler, aunque ya era evidente...), Otelo estrangula a Desdémona y Yago mata a Cassio. Me encanta ese humor ácido que e ve, ese atisbo grotesco que sobre todo se vislumbra en el personaje de Yago, que suelta unas perlas impresionantes. Es que no os podéis perder a este personaje, debería el libro llamarse "Las artimañas de Yago" o "Yago el instigador", también "Yago el puto amo", como guste.

Un personaje que, aun pequeño, es uno de los más importantes es Emilia, la esposa de Yago. Básicamente el final sucede gracias a ella. Se descubre toda la trama de Yago. Emilia, que detesta el machismo de Yago (que aparece una muestra en varías páginas, en una conversación entre él, su mujer y Desdémona), casi poniendo a este personaje como una feminista de la época. Una mujer de armas tomar, de justicia.


Otelo, al conocer la verdad, es incapaz de masticar su pecado. Se quita la vida y Yago finalmente va a la cárcel. Porque los celos nunca pueden tener cabida en una relación. A lo que nos pueden llevar las pasiones, pero uno que ama de verdad prefiere ver a su amada feliz, pero sin él, ¡qué muerta! Una lección esta obra, que da que pensar en muchos puntos concretos. Y la pobre Desdémona, que murió en manos del que más amaba por algo que jamás cometió.


Y como comentario añadido, adicional y definitivo, os diré que puedo vislumbrar (casi como una teoría de la conspiranoia) un tono satanista en esta obra. Dedémona condenada y acusada de algo que no ha hecho, acusada de ser vil demonia. Finalmente, el dedo acusador es el verdadero malvado, Otelo, quién ha matado a su mujer inocente y se ha dejado engañar, manipulado por celos pero, aun así, responsable de sus actos. Satanás, acusado en falso; Dios, acusador que resulta ser el verdadero malvado.


Quién sabe...

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