El salón de los espejos


No hace mucho vi un vídeo de mi querido investigador Parcerisa, hablando de la era del salón de los espejos, dónde todo ser vivo se lanza sus maldades, sus odios; aunque también sus bondades. Pero siempre veremos más lo malo, porque es también lo más estridente. Grita más fuerte, tiene un color más vivo.

¿Por qué el salón de los espejos? Será porque en un espejo rebota la luz y es lanzada hacia todas direcciones. Esto, precisamente esto es lo que está pasando con nuestras palabras. Ya sean buenas o malas, rebotan contra los espejos, son lanzadas con fuerza e infectan a otros mortales. Y así se propagan como plagas, los verbos, ya sean positivos o negativos se reproducen.

Me recuerda al juego del teléfono, aquel en el cual un grupo de personas se colocaban en círculo, la primera susurraba una palabra a la segunda, la segunda susurraba la misma palabra (o lo que había entendido) a la tercera). Esto se repetía hasta que la última pronunciaba la susodicha palabra y en numerosas ocasiones no tenía nada que ver con el origen. Dime, ¿qué palabra escucharemos al final, de los labios del último individuo de la tierra?



Usamos lo que sabemos que más les duele en su contra, aquellos secretos y agonías que son de propiedad pública. Y encima nos regocijamos en nuestro sadismo, orgullosos de haber sido la mayor lacra, de haber anexionado la crueldad con la heroicidad moral, aquella que lidera la sociedad de nuestro tiempo. Hace dos días Frank Cuesta se vio avasallado por innumerables individuos (podríamos llamarlos también niñatos) por unas meras opiniones. Y no eran las opiniones de Frank, sino las suposiciones de los individuos, las palabras no dichas pero puestas en sus labios, pensadas en sus cabezas huecas, las que les ofendieron. Fue lo que Frank no dijo lo que les ofendió. Y es que así funcionamos hoy en día. Cuando dices que no eres feminista, debes ser machista. Cuando dices que apoyas a los animales, ¿debes ser misántropo?

Las feministas siempre usan ese argumento, ¡tan eficaz! De ahí su uso, infalible. ¿No eres feminista? Alienado, machista, machirulo, opresor, ignorante. Sí, ¿por qué no hemos de ser feministas? ¿Por qué no hemos de ser el movimiento más hipócrita jamás creado? Y, ¿sabéis cuál es vuestro peor pecado en esta ocasión (en esta situación en concreto, acusar de machista a alguien que no se cree feminista)? No es la estupidez, no es la violencia inherente en vuestras palabras, en ese comportamiento dogmático, sino que no le dais la oportunidad a la gente de explicarse. De contar su historia.

¿Acaso sabéis que os va a decir? ¿Sabéis el por qué? ¿Le habéis escuchado? ¿Quiénes son aquellos que exigen libertad de expresión pero niegan la ajena cuando no les interesa? ¿No es bueno conocer a tu enemigo? Y, ¿por qué es tu enemigo? ¿No es escuchar algo vital para nutrirse, aunque sean ideas ajenas a tu pensamiento? Abrir horizontes, nuevas formas de entender el mundo.

No, no sabéis que van a decir, no sabéis por qué no son feministas, sabéis lo que vuestra cabeza ha presupuesto. Oís las palabras que no ha dicho. Ese es el puto problema.

¿Por qué yo no soy feminista? Porque no lo soy. Quizá yo soy demasiado espiritual, quizá un demente de la simbología; pero no gusto de calificarme con una etiqueta que apoya un único lado de la dualidad, con sus palabras, con su significado, aunque su intención primaria sea distinta (hasta que se demuestra lo contrario y ya la simbología se adecua a sus intenciones). Porque sí, detesto la dualidad, corrompe la realidad en la que vivimos, es el origen de todos los errores, de la injusticia humana. No manifiesto polaridad, trato de rechazarla. Y es una tarea ardua. Probablemente nadie entienda estas palabras, pero para mí tiene todo el sentido del mundo. Porque yo no apoyaría la pirámide, tampoco una invertida, pero si una figura que fusionara a ambas (y no, tampoco soy judío, por si las moscas).

Comprendo que los símbolos son buenos o malos depende de su uso, pero ha quedado más que demostrado que es mayoritariamente nocivo para el progreso. Para el progreso interior humano, para su ascensión más profunda. El odio solo atrae odio y desgracia.


Si esto es un extremo y aquello es el otro, ¿realmente una fusión de ambos es el equilibrio o el equilibrio es una figura totalmente nueva? Si lo primero es correcto, ¿Baphomet es un símbolo universal de equilibrio y ruptura de la dicotomía?

Y así todas mis lucubraciones. Sin fin.

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