Ritos de Cortazar


Cortazar tiene un estilo único al que te enganchas enseguida, algunos relatos me han gustado, otros me han gustado menos, pero no recuerdo ninguno que me haya desagradado. Sin duda un autor a tener en cuenta para la formación de uno mismo como escritor. El libro que recopila varios relatos se llama "Ritos" y consta de dos partes, comentaré únicamente la primera, me leeré la segunda y si veo conveniente añadir algo seguramente lo pondré en Facebook. Os recomiendo encarecidamente este libro, de Alianza editorial.

Sus relatos se adentran mucho en la psique de los personajes, cuenta desde dentro sus inquietudes, miedos, fantasías, a la perfección. No es la historia en sí, o la descripción del personaje, sino más el casi viaje onírico que realiza, el camino espiritual que emprende y la enseñanza que sacas de todo aquello. Muchos otros relatos, más que centrados en el viaje espiritual de un personaje se basan en una situación en concreto que roza lo absurdo (como Las Ménades, Ómnibus, etc.), una situación surrealista. De alguna forma Cortazar tiene el poder de hechizarte desde el primer párrafo, de crear una cercanía con el personaje que cuenta la historia, de introducirte en lo surrealista del relato, en sus emociones, a veces tan intensas, en la extrañeza de todo aquello.

Veo que usa mucho la rapidez en su estilo, es decir, escribe una acumulación de sensaciones, frases, palabras, que le dan una continuidad al relato, casi una rapidez imposible. Al leer, sin puntos y apenas sin comas, el lector siente la ansiedad de los personajes, el amontonamiento de sensaciones y de recuerdos que los personajes sufren. Es algo muy común por lo que veo, aunque a veces desearía más pausas, también veo una tendencia a dejar caer frases algo ilógicas si no se leen dos veces, como pequeñas trampas o lucubraciones que aparecen salvajemente. Esta técnica se une a la anterior, consiguiendo la rapidez del relato, la magnificación de las emociones del personaje y la empatía hacia este. También son como pensamientos "dejados caer" directamente de la mente del personaje, como cuando pensamos algo y lo demás queda dicho, pero no ha sido pronunciado. Pensamientos inacabados que pasan rápidamente por nuestra mente sin freno, uno detrás de otro, en medio de una situación frágil emocionalmente.

También cuenta poco, deja caer la trama general y a veces se centra en los detalles, dándole así un poco de realismo, también como de relato contado por la propia mente del personaje (pensamientos que caen como gotas de lluvia, en vez de venir a contar "érase una vez" desde el principio). Cortazar prefiere dejar retazos de la historia y que sea el lector quien la construya. Que sea el lector también el que consiga sacarle el sentido.

El surrealismo invade los relatos, haciendo algunos finales inverosímiles o incompletos. Incompletos sin la opinión final del lector, qué es quien le acaba de dar forma, si uno lee bien sabrá comprender lo leído. El que menos me ha gustado ha sido "Las fases de severo" y "Liliana llorando", el primero quizá por no comprender absolutamente nada del relato y parecerme una sarta de bobadas oníricas, pero en este contexto en plan mal. Como quien sueña con Rajoy untado en aceite, un sinsentido. El segundo por lo aburrido que me pareció, no me llegó tanto como los otros, no estaba a la altura en mi opinión.

Otro relato que, no es que me desagradara sino que me pareció extremadamente indecoroso e inapropiado, comparado con el resto, fue "Siestas". La temática tan oscura que trata es como un 100 en una escala del 1 al 10, sin contar además con que ningún otro relato se le parece lo más mínimo o es tan oscuro. El final del primer libro me parece bien hilado, bien hecho. ¡Leedlo! No hay nada más que añadir.



Resúmenes, comentarios, destacados

(SPOILERS)

Cartas a mamá

Una pareja que escapó de Argentina por el rechazo de su propia familia, ya que la mujer le engaño con este marido a su ex-pareja, hermano de su esposo. EL hermano expareja murió y tanto la familia como ellos mismos se culpan, aunque tratan de convencerse de que no hicieron nada malo y que deben ser felices.

La obsesión comienza cuando la madre del marido comienza a mencionar al difundo, diciendo que irá a verles a París. La relación, que ya estaba muerta, no es que se vaya enfriando hasta la muerte, sino que más que enfriarse se coloca frente a ambos un espejo dónde se muestra la realidad desnuda de la pareja: no se confían, no hay amor, hay obsesión por Nico, solo hay Nico entre ellos (hasta en sus silencios). La relación es más de Nico que de él, porque no hay otra cosa que su difundo hermano, xk todavía no logran hablar del tema y pasar página. Por eso, no creo quesea un enfriamiento y destrucción de la pareja, sino más un espejo roto, una realidad ilusoria que deja paso a la realidad dañina, la que nos daña.

Ambos van a al estación a ver si viene Nico, creen ver a alguien que se le parece pero nada más. Ahí el marido acepta que su mujer está aún enamorada de Nico, que su relación no es más suya, que han tocado fondo. Dejan de lado las mentiras pasadas, los silencios y acciones falsas, dónde pretendían que todo iba bien; ahora se enfrentan a la verdad, su relación está rota desde hace tiempo, muerta. A partir de ahí puede haber una transformación, como si este relato se pudiera simbolizar por la carta del tarot de la muerte.

Al final del relato su mujer le dice que "mira que flaco está", refiriéndose a Nico, pero podría ser que no se refiriera a él mismo como persona presente, ya que creo que está muerto, sino más como asunto. Es decir, diciendo que la obsesión por Nico va aminorando hasta desaparecer, que un día será eliminada por completo, que hay esperanza para ellos. Y el marido asiente diciendo que "las cosas cambian". Ahí es donde yo veo la clave, finalmente la relación resurge a flote, el CAMBIO de la carta número trece. Algo muere, algo nace.

Fin de etapa - favorito

Relato de una mujer que va a un pueblo, parece que tiene unos recuerdos nefastos, su marido ha muerto. Va a visitar un museo dónde el artista ha retratado una casa con mesas y aparecen personajes desolados. Un hombre y una mujer, pero nunca se les ve las caras. Descubre en el pueblo la casa que aparece en los cuadros y la visita, sintiéndose ella parte de las pinturas, viviéndolas, siendo ella la pintura.

En esos cuadros se ve ella representada, su situación como persona con su marido muerto, se ve a si mismo abandonada y solitaria. Tanto que en uno de los cuadros cree que es ella misma la que está pintada, de ahí la revelación, de ahí la vuelta a la casa, diciendo que ella es la personaje de los cuadros y la personaje de los cuadros ella, que los cuadros y el museo es una situación mental. Ella está atrapada en ese pueblo, museo, cuadros, por su tristeza por el luto y finalmente decide quedarse ahí, como una simple mujer pintada en el cuadro.


Manuscrito hallado en un bolsillo

Hombre que crea un juego de amor en el metro, las chicas que le insertan tienen que salir por la misma puerta que el para poder hablarles, así es como sabe que están predestinados. Conoce a Marie Claire y se salta las reglas para hablar con ella, le cuenta el juego, ambos se gustan, ella llora porque tendrá que dejar su amor en manos del destino (me parece excesivo a priori), pero decide aceptar. Se conocerán tal y como dictan las reglas.

El relato describe un encuentro entre ambos, ambos bajan en una estación con una sola salida. Este relato, el juego que aparece en él, es casi como una simbolización del juego de la vida en el amor, como algunos están predestinados e intentar forzar los destinos nunca funciona. Hay que dejar las cosas ser, ser naturales, venir naturales.

Bestiario


Isabel va a casa de la familia Funes para pasar el verano con su primo Nino, se ve inmersa en una depresión familiar, en una familia casi enclaustrada, encarcelada por si misma. La casa y la familia está simbolizada por el hormiguero que poseen los dos primos, solo que en ese hormiguero no hay "tigre". El tigre simboliza los instintos, lo salvaje, lo natural; es un animal que merodea por la casa y es peligro cuando está en una habitación, es una presencia que les atormenta. Solo pueden entrar a habitaciones dónde no esté él (obvio, es un tigre, duh!). La familia huye de su parte más natural, más viva, más sincera; todos viven como ocultando sus sentimientos, pasiones, con secretos entre ellos. Y más secreto la relación que hay entre Nene y Reme (hermanos), se dice que tienen una relación incestuosa, pero yo creo que más que eso es que Nene abusa de Reme por el miedo que ella le tiene tan atroz, que hasta obliga a Isabel a llevarle limonada (sabiendo que Nene puede enfadarse).

Isabel es la libertadora, finalmente acaba con el dolor de la casa, que es el tigre (y que es Nene también, duplicación de un personaje, algo así como Dr Jekyll y Mr Hyde, solo que este personaje no tiene dos facetas distinguidas, sino como una forma más "humana", como un intelectualoide pedante y abusivo, y su forma de tigre más desnuda, más de violencia pura y salvaje). El capataz Roberto le dice a Isabel dónde está el tigre, pero Isabel dice equívocamente su paradero (diciendo que está en el estudio de Nene, para que este vaya a la biblioteca). El tigre está en la biblioteca y haciendo esto sabe que Nene morirá, y así el tigre. Libera a la familia, aunque afligida ante el suceso, no Reme pues abraza a Isabel calmándola pero también dándole las gracias por su acción. Por liberarla.


Después del almuerzo


Una familia, se centra en el personaje del niño, primer apersona, tienen como un "perro", que no es un perro, que tienen que sacar a pasear y el niño odia hacerlo. Porque todo el mundo les mira como si fueran bichos raros, se ríen, se burla y además ese "perro" la lía, haciendo trastadas, atacando a gatos y hasta teme que ataque a gente. Nunca se especifica que es ese ser, quizá un hermano subhumano criado, una bestia, un perro mutado, ¿quién sabe? Eso se deja a la imaginación del lector.

El crío camina y pasea con el perro, coge un tren, donde lo pasa muy mal pues debe vigilarle a cada segundo para que no haga trastadas. Es una carga para él, desearía que se muriera, que se muriera él, su familia y él mismo. Es demasiado para él, pero la inercia le mueve a seguir, casi como quien camina sin saber hacia dónde va. Finalmente decide abandonarlo, pero en el trayecto hacia su libertad comienza a sentirse enfermo, como si separarse de aquella bestia matara una parte de él. Decide volver junto a su bestia, vuelve contento sabiendo que ha hecho bien, pero se siente culpable por abandonarlo y piensa que a sus padres seguramente también lea ocurrió esto alguna vez. Que desean abandonarlo pero no pudieron, físicamente no pueden.

Es curioso, porque el personaje dice que se suena la nariz mientras se siente enfermo en su libertad, entonces siente que algo le araña la cara o los labios, es una hoja seca. Al final del relato dice que "seguramente sus padres también se lastimaron con una hoja seca", diciendo que, a su vez, ellos también, cansados por la máxima carga de aquel monstruo, quisieron abandonarlo o matarlo, pero que la culpabilidad no se lo permitió.

Quizá este relato habla del miedo a la libertad, algo de lo que yo hablo en mis relatos, del miedo a ser totalmente libre, frente a un universo entero por descubrir, con peligros, dónde solo estás tú frente a la naturaleza desnuda y cruda, bruta como ella sola. Y es ese miedo a la libertad de uno mismo lo que a veces nos aferra a esos males.

¿Y qué simboliza esta bestia? Quizá esa parte mala, negativa, salvaje, que todos tenemos, porque aunque intentemos huir de ella haciendo eso solo nos dañamos, es parte de nosotros, de nuestro ser.  Quizá ese "perro" es parte de la familia, es la imagen negativa de esta, sus defectos, errores. Abrazar esa parte nos ayudará a asumirla, fusionándose nuestras dos almas, siendo una y así dejando de entender a aquella parte como una bestia. Como ocurre al final del relato, que ve al "perro"  con otros ojos, ya no le vigila en el tren/bus, ya viaja más tranquilo, sin preocuparse de cruzar por charcos ni de mancharse, ya tiene libertad, la libertad de no tener miedo.


Silvia


El protagonista va a una cena con unos amigos, dos parejas, con hijos, mucha gente. Entre ellos hay una tal Silvia que nadie le presenta, pero resulta que esta Silvia es una "amiga imaginaria" de los críos y que el resto de adultos no puede verla. Muy a diferencia del protagonista.

La obsesión por ella comienza nada más la ve, a la luz del fuego, quiere saber más de ella pero no puede. Le pregunta a los niños, no le dicen demasiado, que "ella hace lo que quiere, como nosotros", "viene cuando quiere". Como diciendo que tiene plena libertad, que es una mujer con libertad auténtica. ¿Algo que quizá el resto de personajes no tiene?

Su obsesión por ella continúa, necesita verla, la ve en su lecho pues él prepara una cena con sus amigos y los niños, quizá para tener otra oportunidad de verla. Pero tras esa cena las parejas se marchan, unos a Argentina, otros a Italia, y sabe que no volverá a encontrarse con ella porque Silvia es "cuando están los cuatro (niños) juntos". Es decir, que si no están todos los críos Silvia no aparecerá, ya lo confirma Graciela cuando dice "¿Te crees que vendría aquí solo por mí?", refiriéndose a que Silvia no aparecería en la casa solo para cuidarla a ella, que aparece cuando están todos.

Es curioso que al final del relato entremezcle una adivinanza (que no se menciona) que le hace el protagonista a Graciela y la frase final es: "¡Ah! Es la luna, que adivinanza más sonsa". Quizá como guiñó al lector de que Silvia representa a la Luna, libre por sí sola, en el cielo, aparece por las noches, ¿cuida de los más débiles, niños? Entonces eso de que "solo aparece con los cuatro", ¿a qué se refiere? ¿Es Silvia un fantasma? Ya se dice que los niños tienen percepciones más allá de lo natural, que hasta ciertas edades no se adaptan definitivamente a la realidad material (a los 7).

Está claro que tiene que ver con la infancia, con su inocencia, ¿entonces el protagonista aún tiene algo de infancia en su interior? Se dice al principio que él cae mal a todo el mundo (salvo a los cuatro amigos que tiene, con sus hijos). Quizá es la sinceridad infantil, quizá es que un adulto infantil no cae bien a los adultos, y por eso puede ver a Silvia.

La luna por otra parte simboliza la feminidad, la Sacerdotisa, la madre protectora, el océano. Encaja con la visión ninfica de Silvia, casi divina, de ser etéreo de otro mundo.


Cambio de Luces


Habla de un actor de novelas radiofónicas que hace siempre el papel de villano. Nunca recibe cartas de fans, pero un día recibe una de una tal Luciana que le admira muchísimo, que, según ella, sabe ver a través de esos papeles, reconoce su verdadero talento, él no es como esos malvados de las novelas de radio.

Aceptan conocerse en una confitería, tras algunas cartas compartidas contándose sus vidas. Se enamoran y comienzan a salir juntos, se van a vivir al piso del protagonista. La relación parece perfecta, pero no. Y es que ambos se han idealizado de alguna manera al compartir cartas, Luciana se imaginaba al protagonista alto y con pelo crespo; él se imaginaba a Luciana con el cabello negro, ojos azules... escribiendo cartas con tristeza, con un aura melancólica y el pelo ceniciento, según dice Cortazar.

Finalmente el protagonista va cambiando a Luciana hasta que se parece lo máximo posible a la Luciana de sus sueños, a la que había idealizado, la que se había imaginado antes de conocerla. Incluso se arrepiente de haberla conocido en la confitería, como admitiendo que en ese momento se rompió la magia de la correspondencia, del amor ilusorio e idealizado (incluso en la escena del encuentro se nota esa incomodidad, confusión, del primer cruce de miradas).

Quiere pedirle que se case con él, porque consigue convertirla en lo que él desea, pero eso no es amor verdadero. Lo que no sabe es que Luciana le ha sido infiel con un hombre que es exactamente como ella se imaginaba al protagonista: cabello crespo y alto.

Este relato es una reflexión sobre cómo el amor idealizado es una farsa, como amar es no tratar de cambiar, sino de aceptar los errores y detalles que nos desagradan de la pareja, amarla tal por y como es. Cosa que ninguno de estos dos personajes consigue en el relato, más bien se idealizan y tratan de moldear al otro para que encaje en sus expectativas. Y eso no es sano, no es amor.

Probablemente el relato se llame cambio de luces porque se suelen usar las luces en cine y fotografía para cambiar los rostros de las personas, según qué luces, dónde estén colocadas, el color, la tonalidad y la intensidad se consiguen efectos distintos. El protagonista ha intentado cambiar las luces de Luciana para adaptar a él, a la imagen que él tenía preconcebida de ella. Tal y como podemos ver en el vídeo que os he puesto arriba.



En nombre de boby


Este relato habla de las obsesiones, de las pesadillas y los miedos, de cómo las preocupaciones pueden pasar de infectar un cuerpo a otro, trasladar su infección si somos nosotros quienes matamos la pesadilla.

Trata sobre una chica que vive con su hermana y su hijo, su sobrino tiene pesadillas horribles con su madre. El pequeño siempre le pregunta a esta que "por qué su madre lo trata tan mal por las noches", nunca se dice de qué tratan estas pesadillas pero el niño aparece llorando desconsoladamente cuando su tía le pregunta.

Finalmente la tía consigue ayudarle a superar el problema, pero la que no puede dejar de pensar en el asunto es ella, pasando la pesadilla del niño a ella. Ella empieza a emparanoiarse con el asunto, cuando vela niño mirar al cuchillo grande, cuando ve su extraño comportamiento en su cumpleaños, todo es digno de análisis para ella ahora que vive la pesadilla. Casi como si tuviera miedo de que la matara.

El relato finaliza con una escena en el jardín. Están el sobrino y la tía arreglando el jardín, esta le pide al niño que le traiga un cuchillo. La tía ha preparado esta escena, ha dejado el cuchillo grande bien a la vista para que el pequeño traiga ESE precisamente, pero cuando vuelve trae uno demasiado pequeño y cuando la tía le pregunta qué por qué no agarró el otro se echa a llorar, quizá dándonos una pista de lo que tratan sus pesadillas con su madre. Es decir, que su madre en los sueños quizá le amenaza con un cuchillo.

Con legítimo orgullo


Habla de las costumbres, tradiciones y casi creencias absurdas del ser humano, de cómo la gente las acepta sin rechistar, con alma subyugada, esclava, aceptando su destino de sumisión. Nadie alza la voz e incluso aceptan su castigo, lo apoyan, lo adoran, porque ya está en sus mentes la esclavitud, el miedo tan arraigado que ni parece miedo, sino devoción. Y los castigos que se imponen a los que no cumplen estas tradiciones no son vistos como castigos, sino como más costumbres, tradiciones del estado, del pueblo, del país. Algo corriente que no se debe cuestionar, algo natural como respirar o que se te caigan los dientes de leche.

La tradición de este relato es, simplemente, recoger las hojas del pueblo. Los ancianos las pulverizan con esencia de serpiente, así las mangostas las recogen y estás son vigiladas por niños y los mayores hacen el resto de tareas. Parece que hay gente que la cuestiona, antes de que llegue, hablan de ella, pero cuando llega la fecha (2 de noviembre), nadie rechista, nadie se inmuta y todos cumplen, casi automáticos, como robots.

El castigo es ir a la selva (dice el protagonista/narrador que de ahí traen serpientes) y siempre tratan de trabajar más duro para no acabar ahí, pero que si les toca tampoco se quejan. Miedo, algo así como el infierno o el karma, pero se acepta el destino porque el Dios (en este caso el estado o municipio) se lo dicta. Es superior a ellos. Incluso el narrador dice que adoran su labor, como distribuye las tareas el estado. El miedo al castigo es un honor, a nadie se le ocurre decir lo contrario cuando es mandado a la selva, aunque lo temen es un honor, porque forma parte de la tradición.

Habla de que es un error confiar las pistolas pulverizadoras a los ancianos porque se despistan y no reparten bien la esencia de serpiente, pero que como es una COSTUMBRE no puede ser un error. Algo así como que "lo llevamos haciendo toda la vida, no puede estar mal", el argumento que dan los antitaurinos. Esto me recuerda a la imagen del experimento de los monos.

En las expediciones a la selva muere gente, porque recogen serpientes en un país fronterizo y dice que "a todos les indigna que un país que -no recoge hojas secas- no les permita atrapar serpientes en su país", algo así como lo que ocurre en la religión. Que el hecho de que se opongan a ello es "orgullo extranjero". Aquí habla de cómo los creyentes pretenden que alguien fuera del credo acepte y respete sus creencias tan sin rechistar como ellos, tan sin dudar, como si ellos mismos creyeran. También hace hincapié en el hecho de que estos creyentes desprecian a los no creyentes, les creen ignorantes, pero en este relato vemos como la tradición de recoger hojas se nos ve estúpida, absurda, y así es como los creyentes se ven para los que no creen.

Finalmente el protagonista alaba a Dios/Autoridades, diciendo que su bondad no tiene límites, que no harían todo esto por maldad, sino todo lo contrario. Aunque muera gente en la selva todo lo hacen por el bienestar de todos, aunque cada vez haya más bajas, aunque haya familias devastadas. Tampoco se les permite contar que ocurre en la selva a los que vuelven (censura), pero todos lo aceptan, no preguntan ni se quejan. Aunque haya destrucción y miseria, Dios lo hace por el bien, aunque sufran y sean castigados, se resignan porque es un "bien mayor".

Entonces los muertos son enterrados y en noviembre van a ver las tumbas, pero al estar llenas de hojas no las encuentran y se confunden de tumbas. Pero eso no les enfada, sino que les gusta porque da razones de ser a la campaña (recoger hojas). Es decir, que se recogen hojas secas porque hay muertos y hay muertos porque hay hojas secas. Un bucle sin fin, el ocho infinito.


Las ménades


El relato se centra en el concierto de una orquesta de música clásica, la cual toca distintas piezas ante un público que acaba entrando en éxtasis. Las ménades eran un ritual dionisíaco de éxtasis, algo así como sexo ritual y en este relato vemos plasmada esta ritualística en el concierto, la orquesta y los presentes que acaban entrando en locura, subiéndose al escenario y atacando a la orquesta. El maestro es como "el uno", el dios, sienten devoción eterna hacia él y antes del éxtasis final se muestra como el público le adora incluso en cada descanso, le vanaglorian, aplauden con ferocidad en la sala.

El canibalismo era un elemento de las ménades, también de la ritualística religiosa. Comer el cuerpo de cristo, beber su sangre, rituales de sangre, de sacrificio ya sea real o metafórico, expresando el acto sexual en el sacrificio (Clavar la espada en el vientre). La sangre simboliza el acto sexual, la unión de dos seres que engendra un tercero. Por eso en este relato vemos como una mujer sale con sangre en la boca, como una vampiresa, ya que ha mordido al maestro que es el Dios de esta "religión".

La locura es total, excepto para el protagonista que no siente esa fuerza interior, ve el espectáculo extrañado y finalmente huye, para ver finalmente a la vampiresa con el hilo de sangre en sus labios salir junto a otros hombres.

Axolotl


Un hombre va a visitar el zoo y se encuentra con ajolotes (Axolotl), una criatura del tipo batracio, un anfibio algo curioso pero muy adorable. El protagonista ve la misma curiosidad y se siente hipnotizado por los animalitos, como si se sintiera muy conectado a ellos, como si algo les uniera.

Este relato trata de una transmutación, quizá al estilo Kafka pero detallando más la conversión de un humano a un animal. El hombre visita el zoo todos los días, tanto que hasta el guarda le mira raro, desconfiado. En una de esas el hombre mira al ajolote y se convierte en él, de repente se ve a sí mismo mirar la pecera. A partir de ahí ya leemos focalizando la narración en el animal y el humano aparece como un ser alejado, que cada vez se aleja más de su obsesión con los ajolotes.

Es como que la parte obsesiva del personaje se ha transformado en este batracio y por eso ya ha dejado de sentir una conexión con ellos, porque esa parte de él se ha quedado en un ajolote.



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