Y empezamos otra vez

 

Serpientes

Fuego, doradas

Muchas Serpientes

por todas partes

en mis manos

En mis piernas

Ofidios de aceite

Muerden por dentro

Bailando en mi vientre

Escamas de abeja

Alma de dioses

Serpientes

Verdes,

peligrosas.

Entre las aguas

barros de cienaga

En mi cuerpo

Me aprietan

 

Por qué tantas serpientes

Si yo no soy reptil

Y las veo, aunque

No soy tantos inviernos

 

Se enrrosca

Serpientes bellas

Me asfixian

Muero con ellas

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