En los años de niñez, donde nada llega a preocupar, cuando todavía estabas junto a mí.
Las tardes de paz y noches llenas de luz, no hay sombra que no puedas apagar.
Yo que no supe aprovechar, y tantos verbos que restar, el dolor drena sin cesar.
Y el tiempo ha de pasar y de ti necesitar.
Nunca más poder, nunca más sentir, nunca más llorar.
¿No oyes mi voz? Te estoy llamando desde el mar
El pasado no me puede tocar.
Espero el día de partir, para coger tu mano otra vez, el día que ya no me necesiten más aquí.
Cuando tu año se acabó, se volvió todo oscuridad, y la soledad me vence hoy.
No creo en la paz, la tristeza es mi amiga fiel en un mundo que tiene tanto que ofrecer.
Y si la vida no me avanza más, ¿qué haré yo aquí sin andar? Pero siempre pienso en ti.
Si alguna vez dejo de correr, si hay luz por descubrir, mis ojos esta noche llorarán por ti.
¿No oyes mi voz en el viento del ayer?
Yo tampoco te oigo a ti.
Y aunque espero un nuevo día con tu mano en la mía, seguiré lo que está escrito que debo hacer.
¿No oyes mi voz? ¡No te preocupes, estoy bien!
No hace falta que me busques más.
Y si llego a pensar que me caigo y no puedo más, por ti, mi vida, resistiré.
0 Comentarios