Si fuéramos cerebros sumergidos en una cubeta, conectados a un ordenador, ¿lo sabríamos? ¿Seríamos capaces de descubrirlo? Es una pregunta tan difícil, pensamos que no tiene respuesta, pero hasta el videojuego mejor programado tiene fallas. ¿No? Si. Incluso los mejores sistemas yerran.
Imagina el caos, es impredecible. Nadie puede saber qué ocurrirá mañana. Es imposible que conozcas el efecto que tendrá que, en vez de salir a las siete y media en punto, salgas de tu casa a las siete y veintinueve de la mañana. No se predice el futuro, solo se intuye por una rendija matemática. Pero y si te digo... Que el caos puede calcularse. Que podemos acompañarlo en su viaje hasta el infinito. La ecuación del caos nos ayuda a comprender el universo fractal, como de un simple cálculo puedo saber cómo evolucionará una generación de conejos, qué número de conejos habrá el año que viene y como continuará su estirpe, año por año, como un adivino de cartas. Si podemos sacar la imagen de ese fractal, si puedo descifrar el caos, ¿es el libre albedrío tan real como parece? ¿Existe siquiera libre albedrío?
La constante de Feibengaum calcula el caos y la aparente aleatoriedad del universo, prediciendo los movimientos que parece que se mueven por casualidad.
La Ciencia nos trata de convencer de la casualidad de nuestra respiración, estamos aquí por suerte. El caos nos ofrece esa libertad, todo puede ocurrir, nada está escrito, no se puede adivinar como actuarán los tataranietos de los conejos. Y sin embargo se puede. Cuanto más descubrimos, más confundidos estamos. La constante de Feibengaum calcula cuánto crecerá una población de conejos durante los años, los goteos que producirá un grifo un poquito abierto, . Las poblaciones de conejos no crecen hasta el infinito, sino que se estabilizan con los años y se puede calcular el crecimiento con una ecuación. Es algo complicado, pero esta población crece, la ecuación también, el gráfico que la representa nos da datos que nos indican que la población se estabiliza por ciclos. Cada dos años se estabiliza, luego cada cuatro, luego cada ocho. Y ahí aparece el caos, pero lo curioso es que dentro del caos hay pequeños estadios de orden periódicos que el ojo humano no puede ver.
La constante de Feibengaum |
Se dice que se consigue un comportamiento caótico cuando los números de la ecuación se vuelven disparatadamente altos. Imaginad un grifo del que gotea una gota de agua cada equis segundos. ¿Podemos calcular cada cuánto caerá una gota y por cuánto tiempo? Sí, con esta constante. Es un comportamiento caótico porque no cae de forma constante y predecible. Podemos pensar que las gotas caerán de una forma parecida, cada 5 o 4 segundos depende de cuánto abramos el grifo, y será así hasta que lo cierres. No cambiará. Pero no, las gotas caen de manera distinta, con periodos distintos. Por eso es caótico, porque de algo constante hemos pasado a algo impredecible. Parece que esas gotas caen de forma casual, una tarda un segundo, la siguiente 8. PUES con esta constante de Feibengaum podemos sacar cada cuánto caerá cada una de esas gotas. ¿No es impresionante la ciencia?
Enlace a un vídeo que explica mejor esta constante y el caos
Pensad en un simulador. Como Los Sims. Hay libre albedrío, los sims pueden hacer lo que les plazca sin que se lo mandes. Cada una de esas libertades está programada, el caos también. Puede ocurrir algo aleatorio como que un ladrón entre a robarle, que aparezca otro sim por la esquina del vecindario, que empiece a llover. Y aunque para el sim es casualidad, aunque ve esas opciones como infinitas, solo es demasiado pequeño para ver el cuadro. La realidad es que su libertad está delimitada por los programadores y que esa casualidad está dirigida por algo. La conciencia de la máquina que hemos creado. Y aquí es cuando la cosa se complica. Si nuestra realidad esta programada como un simple videojuego, ¿alguien ha creado un ordenador gigante que nos juega? ¿Quién nos juega? Y lo que nunca me quito de la cabeza, ¿mis sims sin reales? ¿Están vivos?
El conjunto de Mandelbrot que da a lugar a los fractales, relacionado con la teoría del caos. |
Ellos podemos ser nosotros, pensando que el caos es real, que las cosas suceden de forma aleatoria y que no se pueden calcular. No, hay cosas que son pura casualidad, pero ¿no lo era el goteo del grifo? ¿Y la población de conejos? ¿No parecen cosas casuales, aleatorias en cierta medida, casi imposibles de medir? ¿NO se supone que deben tener un crecimiento constante hasta que algo se contraponga a ese crecimiento? Si el caos es algo medible, como en Los Sims es un caos programado, una aleatoriedad programada por un ente externo (nosotros), ¿podemos vivir en una simulación?
Will Wright, el famoso creador de la saga de Los Sims hablaba de cómo de poderosos han crecido los ordenadores y la tecnología, tanto que somos capaces de crear videojuegos que muestran empatía. Nos sentimos felices cuando el sim es feliz, tristes cuando les sucede una desgracia (la mayoría pues, algunos disfrutan con esto). Sims que creen estar vivos, pero como nosotros no somos capaces de saber que somos cerebros metidos en una cubeta, ellos tampoco son capaces de saber que son un videojuego para ordenador. Su realidad, por muy verosímil que les parezca, está programada por alguien y limitada por unas líneas de código. ¿Será nuestra realidad algo parecido?
El creador de Los Sims creía que podríamos vivir en una simulación.
La teoría de la simulación de los antepasados, de Nick Bostrom, dice que una posthumanidad futura podría haber creado una simulación para ejecutar a antepasados humanos. Relacionado con la hipótesis Omphalos en teología, esta teoría señala que una civilización posthumana sería lo suficientemente superior tecnológicamente como para poder crear una simulación de vida real, de su vida ancestral. Películas como Mátrix, Inception, The Truman Show nos hablan de esto, ¿estamos controlados por alguien? Esta idea es tan vieja como el filósofo Platón, que creó la Caverna de Platón para explicar como vivimos en un mundo falso, irreal.
¿Lo que vemos son sombras de caverna? ¿Alguien superior nos observa como un gran hermano, como en el Show de Truman? ¿Nos esclavizan para alimentarse de nosotros como en Mátrix? El editor de la revista Scientific American Fouad Khan dice que podríamos vivir en una simulación de ordenador que engaña a nuestros sentidos. Khan basa su teoría en la de Bostrom, pero Kahn considera que si vivimos en una simulación algo debe ser la fuente de energía y, por lo tanto, lo único real en nuestra realidad. Esto sería la luz y la gravedad.
Según Khan, la velocidad de la luz podría procesar información en segundos y tendría una extensión de 300.000 kilómetros de largo, donde almacenaría toda la información relativa a la simulación. «La velocidad de la luz es un artefacto de hardware que muestra que vivimos en un universo simulado», afirma. Esta teoría confirmaría que el espacio es para nuestro universo lo que los números son para la realidad simulada en cualquier ordenador, añade.Extracto de cambio16.com
La realidad la percibimos bajo nuestros sentidos, una proyección subjetiva de lo que nos permiten ver. Nuestra conciencia no formaría parte de la simulación, sino que sería de utilidad en algo para aquellos que han creado dicha simulación. Los supuestos espectadores de nuestra vida. Khan opina que gracias a la gravedad nos damos cuenta de que vivimos en una conspiración y que no tenemos otra cosa más que hacer que aceptar nuestro destino. El hecho de que nosotros podamos crear vida en simulación es un claro espejismo de nuestra situación.
Vivimos en una realidad solipsista, puede ser que todo lo que veamos solo lo experimentemos nosotros, que nada más que nuestra conciencia vague por este universo o que seamos un rayo de luz que vive unas vidas y luego se apaga. De esta manera, no podemos saber a ciencia cierta si tu sim está vivo o no. Puede ser que cuando le dejaste morir en la piscina, muriera de verdad algo que, de alguna forma, existía en la realidad, algo vivo, algo digno de respeto. Puede ser que solo sea un juego de ordenador, puede ser que esos sims te vean como nosotros miramos a Dios, juzgándolo y suplicándole por cesar nuestro castigo. Y si buscábamos un Dios bondadoso, ¿lo eres tú con ellos? ¿Somos nosotros un espejo de ese Dios cruel y sádico? Supongo que el tiempo dirá, si alguna vez lo descubrimos.
¿Tú que crees? ¿Somos prisioneros de caverna y jamás podremos saberlo? Pero, si jamás podemos saberlo, ¿por qué hablamos de estas teorías?
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