Kafka en la Orilla Vol. II


El primer artículo crítica de esta novela quedó muy extenso, pero a su vez demasiado corto para todo lo que había que decir. Este artículo final es un análisis de la temática, final y capítulos, que no un resumen, sino un análisis completo de los aspectos más importantes de cada capítulo (si es que el capítulo merece ser mencionado).

Kafka en la Orilla es una novela llena de simbolismo, ante la cuál mucha gente se pregunta: ¿qué narices está pasando? En este artículo trataré de explicarte lo mejor posible lo que jamás entendiste de Murakami y su novela.



¿Cuál es el tema de la novela?


La guerra, como destruye mundos, personas, almas, sin posibilidad de recuperar aquella magia que se perdió, la inocencia de los ojos del que ve la masacre. Pero… ¿no era la tragedia griega y la inevitabilidad del destino? Sí, también.

En esta novela se tratan varios temas, como el tema de la muerte y como superar la pérdida de un ser querido, el sexo y el despertar sexual que sufre Kafka, la búsqueda de uno mismo y su posición en el mundo. La guerra, interna y externa, y como el ser humano no tiene decisión sobre nada sino que es un mero peón, un objeto.

Sexo


Pronto nos damos cuenta de que Kafka tiene un problema con el sexo. En Japón son bastante reservados para los temas íntimos, sobre todo este en concreto, así que allí la clara expresión de sentimientos no está de moda. Por las tradiciones japonesas uno debe comportarse fría y formalmente frente a la sociedad. Aquí vemos como estas tradiciones se reflejan en Kafka, siendo un muchacho de quince años que desea ser socialmente puro. Porque la pureza no está en tocarse o no, en tener sexo o no, está en la mente.

Kafka desde un principio ve a mujeres bellas, adultas siempre, que le llaman mucho la atención. Las observa y las describe con detenimiento, incidiendo en sus partes femeninas (pechos, por ejemplo), pero pronto se siente culpable por haberlas mirado de esa manera. Cree que no es natural. Del mismo modo le pasa con la masturbación, ya que vemos que evita hacer dicho acto cuando está en la cabaña para mantener la pureza del momento, o incuso después de acostarse con Saeki, para que quede la esencia de la misma en él.

Vemos que Kafka está luchando contra este despertar, de algún modo está ligado a la profecía ya que sus instintos sexuales serán los que le conduzcan al pecado, a cumplir la maldición de su padre. Estos deseos sexuales reprimidos son, efectivamente, los que le llevan a acostarse con Saeki sin tan siquiera pensarlo o a violar a Sakura en sueños. Es decir, nuevamente tenemos la tragedia griega aquí. Kafka huye de estos sentimientos y deseos, los reprime, al reprimirlos surgen con más fuerza y disparados en todas direcciones, hasta que no es capaz de discernir que hace voluntariamente y qué no.

También vemos este tema en Oshima, es otra forma de ver “el sexo” o de cómo puede presentarse una persona ante el mundo. Murakami quiere, imagino yo, que la sociedad acepte mejor este tipo de personas, pero creo que algunas sobraban (hablaremos de Oshima luego). Es decir, que existen mil formas de amar y de ser, y ninguna está equivocada.

Nuevamente me recuerda a Holden, de hecho Kafka, como él, parece mayor a su edad. Parece casi un adulto. Además, sus conocimientos intelectuales le hacen estar a la altura de Oshima, por ejemplo. Se desarrolló tempranamente, pero la profecía de su padre hizo que negara todos los sentimientos que le venían como un huracán. Y así acabó.

Además de esto, vemos como en la parte de la historia de Nakata, la profesora que cuidaba de esos niños en la montaña del bol de arroz, tuvo un encuentro con la vergüenza sexual. Ella luego nos cuenta como lo que realmente pasó no fue que de repente todos se desmayaran, sino que paso algo mucho más profundo.

Ella nos cuenta como su marido estaba en la guerra y no habían consumado su amor (o sí, no recuerdo). Esa noche tuvo un sueño erótico con él y se despertó salida perdida. Y así fue a clase, pero entonces le bajó la regla y trató de apañarse con papel u hojas, no lo sé. El caso es que Nakata fue el niño que encontró estos papeles, hojas o lo que fueran, llenos de sangre y la profesora, muerta de vergüenza golpeó numerosas veces a Nakata, zarandeándole. A partir de ahí los niños se desmayan. Está claro que la profesora se disculpa, pero ¿por qué esa reacción ante algo tan natural y simple? Contando además con que el niño ni sabría que era, podría haberle dicho que sería de un animal herido. Aquí el tema de la guerra, se mezcla con el del sexo, la ocultación de las pasiones, de la naturalidad erótica, con la ocultación de la propia guerra, la ignorancia, el ignorar que existe guerra, que existen muertos, ignorar sentimientos, ignorar deseos. Todo se mezcla, pero no creo que ambos temas encajen, es que no me gusta para nada esa conexión.

Y sin embargo, a pesar del trauma sexual y la vergüenza sexual, Oshima es “andrógino”, Saeki pedófila, Kafka se folla a Saeki, una anciana, y viola a su hermana en sueños. Hoshino va de putas gracias al Coronel Sanders. Aquí el único normal, al final, es Nakata, fíjate. El trauma sexual se mezcla con una lujuria sin frenos, casi como querer ser puro, sin serlo ni obrar para ello, pero teniendo unos tabúes sexuales inmensos. Una contradicción muy humana.

Muerte


Saeki está superando la muerte de su novio de la adolescencia, un novio que tuvo desde los 12 años, creo recordar. A pesar de que ya han pasado años desde el accidente, Saeki se ha quedado anclada en ese momento. Así como Saeki trata de superar la pérdida de un ser querido, vemos como Kafka, a su vez, también está superando “una muerte” que es la de su madre, al menos la muerte de la imagen que tiene de ella, está superando su abandono. Ella no volverá. También tenemos a Nakata, que en aquel incidente de la montaña murió una parte de él, o alguna parte de él se quedó allí en aquella dimensión.

Saeki es el personaje de la depresión y desesperación, es una descripción perfecta de cómo se siente uno tras la muerte de una persona tan importante. Muestra bienestar, pero por dentro está totalmente rota. Y ya solo espera la muerte. La trama para Saeki es superar este dolor y dejarse ir, marchar de ese tiempo en concreto, volver al presente y morir. Porque precisamente es este sentimiento, este tiempo pasado, este dolor, el que le está obligando a permanecer.

Por otro lado, tenemos la muerte del padre de Kafka, que más que dolor es un alivio para él, pero que le acarrea culpabilidad ya que cree haber sido él. A pesar de ser imposible. Esta es otra forma de ver la muerte, porque vemos que a Kafka le importa más bien un pimiento que su padre se muera, más bien se preocupa por él, porque ahora será él a quien busque la policía. Pero no le veo ni un segundo triste por esto. Está claro que no se hablaban, que le odiaba internamente, pero un padre es un padre y quizá Kafka debería haber mostrado alguna emoción. Si eso.

La Guerra


La guerra en todas partes, vemos pequeños trozos que casi están pegados con CELO en la trama. Como cuando aparecen las dos feministas en la biblioteca, para que Murakami pueda hacer una crítica social. Para que Oshima diga que esa clase de personas fueron las que mataron al novio de Saeki.

Que el novio de Saeki fuera asesinado por un grupo de rebeldes es algo clave para comprender le ideología de Murakami, que parece que reparte caña a diestro y siniestro. De hecho, cuando aparecen las feministas más bien deja de ser novela y aparece un ensayo político.

La guerra se mezcla con el sexo, y yo, personalmente, no le veo la conexión. SI acaso con una destruyes y con la otra creas, aunque sean vínculos, fusionas almas, pero nada más. Veo la dualidad, veo la contraposición, pero no veo la mezcla entre ambas. Creo que Murakami quiso tocar varios temas en un mismo libro y no supo cómo cohesionarlos bien.

Análisis de Capítulos

Presentación de Kafka y Cuervo: Capítulo 1


Nada más empezar nos topamos con dos poderosos clichés:

  • Cliché: el personaje principal, Kafka Tamura, “devora libros”. No soporto leer ese cliché en cada libro que leo, parece que el personaje debe ser un amante de la literatura porque sí, porque eso le hace más interesante.
  • Cliché: muro de indiferencia, anti-social, no habla con los demás, se aleja de la sociedad.


Un estereotipo demasiado machacado, creo que no era necesario hacer tan incómoda la presentación. Un personaje puede ser un intelectual y a su vez no parecer que estés describiendo a los millones de personajes estereotipados de la literatura. El típico chico misterioso, intelectual, inteligente y que, además, no hace amigos, y eso le hace atractivo.

Aquí aparece por primera vez Cuervo, el alterego de Kafka. Al sentirse deprimido y solo se crea un alterego que le acompaña, este le ayuda a superar ciertos traumas, a minimizar el dolor del pasado y seguir hacia delante. Pero es él mismo realmente. Esto se puede ver como en la imagen fotográfica de su hermana en la playa, dónde también sale él, su hermana tiene “doble cara” porque en su rostro hay sombras y luces del sol, una parte de su rostro da sombras. Y él es igual, tiene a cuervo que son las tinieblas y él es la luz, es decir cuervo está en el subconsciente y él en el consciente. También, aquí, se ve la razón por la cual Cuervo existe, la fotografía, su hermana, su madre, las sombras, el abandono, la incertidumbre, la oscuridad incierta y peligrosa, los peligros de la noche (es decir, los peligros que habitan en lo desconocido, en ese futuro que él todavía no controla, Kafka teme demasiado al futuro. Y también los peligros de su propia mente, el caos que tiene en su interior a causa del trauma del abandono de su madre).

Y también la profecía tiene su parte de papel en este miedo atroz al futuro.

  • Profecía: no puede escapar de su origen, de su familia, de sus genes y de su destino escrito en él (esto se entiende luego, la profecía de Kafka es la misma que le dijeron a Edipo). Odia a su familia, no conoce a su madre ni hermana, no se habla con el padre.


La depresión que siente Kafka le empuja a ser un ser más solitario todavía, a crear un muro de apatía a su alrededor para hacer creer a su propia mente que nada le importa o afecta, que es un ser sin sentimientos, que nada le duele. Para enfrentarse al mundo y ante la vida, solo, necesita esta cualidad. Su deseo es ser fuerte, pero esta fortaleza es falsa, porque quiere ser como un muro, quiere ser apático, quiere tener mente reptil y que nada le importe. Esto cuervo lo llama “ser el niño de 15 años más fuerte del mundo”. Y por mucho que Cuervo, su alterego, su mente, su subconsciente, le inciten a ser ese niño “fuerte”, Kafka realmente no puede serlo, no es fuerte, lo intenta pero es un niño asustado.

Simbolismo útil:

Su corazón es una inundación. Su padre le ignora, carece de contacto con el resto de su familia, con su madre, que es el epicentro de su trauma infantil. Parte de la profecía es que jamás va a poder olvidar el dolor que esta madre le ha generado, no podrá destruir sus genes, nunca se podrá separar de la familia porque los une la sangre. Nunca lo superará del todo, menos aun si trata de huir de este dolor interior. “Para expulsarlos, sus genes, debería desterrarme a mí de mí mismo. Y aquí está la profecía, como un mecanismo enterrado en mí.”

Para borrar su pasado debería destruirse a sí mismo, y eso no puede hacerlo. Pero él no ve la problemática y es que debe enfrentarse a estos miedos y dolores para superarlo, para dejar de temer al futuro por culpa del pasado. Él cree que su futuro está escrito en sangre familiar, por culpa de la profecía que le hizo su padre, más bien maldición, y él ve en sus genes a la misma. Como si él estuviera manchado.

Esto se explica porque su padre fue abandonado por su madre, es decir, que su padre fue, para él, el culpable de toda la situación. A pesar de que no sabe ni sabemos nada de la historia entre ambos. Para él el padre es el diablo y él, como tiene sus mismos genes, es hijo del diablo y por lo tanto un marcado insalvable, porque nació ya con el pecado de su padre en sus venas.

Este es un mecanismo de Kafka para encontrar razones al abandono de su madre, porque entiende que su madre abandonara a su padre, pero ¿por qué a él? De esta manera la culpa de Kafka, él está marcado, pasa a su padre, porque son de él los genes (realmente Kafka es culpable en segundo grado, para él mismo, esto le alivia) y la culpa desaparece de la mano de su madre, porque no puede concebir que simplemente su madre fue una gilipollas y le abandono porque sí. Prefiere idealizar a su madre como una santa y a su padre como un diablo.

Por mucho que huya, huir no es la solución, interiormente lo sabe. Como en la tragedia griega, huir solo acerca el destino. Nunca podrá escapar de lo que él es realmente, de donde viene. Y a pesar de saberlo escoge el camino de la huida. Está será una de las pocas decisiones que Kafka tome, porque sin esta decisión no habría novela, pero realmente, tras la decisión de huir de su hogar, no aparece nada más, Kafka simplemente se deja llevar.

La presentación de este capítulo es buena, aunque haya varios clichés. Cuervo le explica que va a pasar por medio de una tormenta de arena, representando el camino que le espera hasta “ser el joven de 15 más fuerte del mundo”. Tras atravesar esa tormenta, lo será. Nos dice Murakami que Kafka lo va a pasar mal, se enfrentará al mundo él solo, para salir más fortalecido de la experiencia. Aunque al final dudo que esto se cumpla. Más bien Kafka pasa por una tormenta y acaba como empezó, solo que cubierto de arena. Porque al final Kafka simplemente está dolido, amargado, ha cumplido la profecía y ha recibido nada más que palos. NO ha aprendido nada, también porque sus decisiones han valido un pimiento y el autor ha decidido por él. Entonces, solo le queda dolor, porque tampoco ha superado lo suyo con su madre, sus demonios internos. Como mucho consigue dar el primer paso.


Origen de Nakata: Capítulos 2, 4, 6, 12.


La historia paralela de Nakaka empieza explicándonos el propio origen de “Nakata”. Porque Nakata como personaje propiamente dicho nació tras un incidente, el incidente de la montaña del bol de arroz. Se nos presenta como un informe gubernamental, como si fuera algo real, para darle realismo a la historia aunque no lo veo necesario pues Murakami vive de las fantasías. También hay que decir que no le pone demasiado empeño en el realismo pero sí algo y lo veo raro en él, sinceramente.

Se centra en una clase de niños que viven en una zona campestre de Japón El informe comienza explicando cómo fueron presentes del avistamiento de un ovni, un objeto no identificado en el cielo, que conjeturaron era un B29 americano pues estaban en medio de la guerra entre Estados Unidos y Japón. Seguramente este venía a bombardear algún área, pero solían ir los aviones en bandadas y este iba solo. Aquello les pareció raro. No sé qué pretende Murakami con este dato, quizá vincularlo a seres de otras dimensiones, extraterrestres o qué sé yo, quizá aquel suceso fue algo sobrenatural controlado por otros seres. Porque si no el pequeño dato del OVNI es superfluo (el hecho de que se le de tanta importancia o lo haya tenido que usar de esa forma, podría haber puesto que era un B29 americano y ya está o una bandada de B29, pero puso que era un objeto no identificado, si lo pone es que algo significa. Es por algo).

En esta clase de niños había también hijos de gente rica, ya que a causa de la guerra debían ir a un lugar más seguro. Explica el narrador que los niños no se entendían entre ellos, que existía recelo entre ambos grupos. Esto es un reflejo del mundo, de la sociedad, de cómo las diferencias nos separan, más por el miedo que otra cosa, por el desconocimiento. Los dos grupos, al final, se unieron y jugaron juntos con el tiempo, pero esto es algo que no ocurre en los adultos.

“En cuanto juegan juntos a algo que les encanta pronto derriban las barreras culturales y sociales”. Dice la profesora de la clase en este capítulo.

La historia gira entorno a la guerra, como la guerra destruye identidades, personas, a la vez que objetos. No solo destruye vidas humanas, no solo mata, sino que también mata de otra forma, más lenta, mas oculta. En las mentes de los que la viven, y traspasa generaciones y tiempos.

En el informe se le da importancia al OVNI, pero es una excusa de la profesora para dar una razón que no sea ella misma, pues luego nos confesará que ella fue la culpable del accidente. El incidente consiste en lo siguiente: Los niños y la profesora viajan a este monte, andando, para recoger setas. Durante la recogida un niño se desmaya, la profesora intenta reanimarlo, ver si está bien, despertarle, pero no puede. Cuando quiere llamar a otro niño para que baje a buscar ayuda toda la clase está en el suelo inconsciente. ¿Por qué? Nadie lo sabe.

Dan datos, como que los niños desmayados tienen los ojos abiertos, los mueven de un lado a otro, pero sus músculos no se mueven. Se les puede mover pero no reaccionan. Como si fuera hipnosis o una parálisis magnética. Sus rostros son de paz, pensé en la catalepsia ya que en una parte menciona que tienen el cuerpo rígido. Además de eso, la profesora añade que al entrar a la plaza (donde ocurrió exactamente este incidente) sienten una extraña sensación de paz, como si en esa zona clara del bosque existiera algo más, una fuerza sobrenatural, una energía demasiado fuerte para el ser humano.

Se descubre que ningún niño tiene secuelas, ni físicas ni psicológicas, pero uno de ellos y solo uno no despierta. Este es Nakata, Satoru Nakata.

Él es el niño que no despertó del desmayo colectivo. Durante la novela Nakata nos da a entender que su padre le pegaba por ser tonto, luego la confesión de la profesora nos confirmará que no, que fue maltratado por su padre desde siempre. El trauma debe ser una característica esencial para quedarse “anclado” a aquel mundo que Nakata visito en el desmayo, quizá aquel mundo vinculado a la puerta de la entrada y el bosque-limbo que visitó Kafka y Saeki cuando era joven.

Nuevamente se menciona a la guerra con una metáfora, la de los niños tirados en el suelo. La profesora nos cuenta que cada persona que aparecía en el claro y veía la escena quedaba estupefacto, casi traumatizado por visualizar tal cosa, pensando en la guerra, en las pérdidas, en cómo esta nos marca de por vida. En esta parte se ve como en la guerra el gobierno intentaba ocultar información, crear un aura de bienestar falsa, para que la gente no se preocupara por la guerra y su impacto fuera menor. Así la gente, la sociedad, hizo lo mismo y comenzaron a bloquear sus emociones frente a la guerra, el miedo y el odio, la desesperación, son eclipsadas por un manto translúcido. Murakami en este libro critica esta actitud, ya que hemos de enfrentarnos al miedo, a la incertidumbre, hemos de saber lo que pasa y jamás ocultar desgracias, jamás apartar los ojos del dolor, porque entonces nos hacemos insensibles a él.

Aunque, he de decir, no creo que a nadie se le creara un trauma por ver a un montón de niños tumbados desmayados en el suelo. Aun menos si no se sabe que les pasa o a causa de qué, pero creo que Murakami quiere ligar esta sensación más a la guerra que a la escena en sí. La gente se queda sorprendida al ver a los niños desmayados porque lo vinculan con sus sentimientos bloqueados de la guerra, porque les lleva a ella y eso les hace apretar un mecanismo de alarma. Les devuelve a la realidad que pretenden negar. También, podría estar ligado al aura mágica de ese claro del bosque.

Como hemos mencionado, a Murakami le gusta unir capítulos con simplezas. En uno de los anteriores el duraluminio del OVNI del incidente de la montaña de bol de arroz y los pendientes de duraluminio de Sakura. Aquí, la gorra de alpinista del visitante anciano de la biblioteca Komura y la de Nakata. Pero es curioso que ese mismo anciano visitante diga “En Efecto”, como Nakata. También puede ser que Murakami no tiene ni puta idea de crear voz para los personajes y todos hablen igual. Pero de esta manera relaciona ambos mundos, ambos universos que parecen paralelos, como pequeños guiños que anuncian que esas personas, en el fondo están destinadas a encontrarse, a toparse en algún punto.


En el Capítulo 12 nos aparece una carta de la profesora confesando la realidad de los hechos de aquel día. Y aquí entra en juego el sexo en la trama, como, realmente, hablamos de problemas externos (guerra, miseria, huidas, problemas que nos obstaculizan las metas) e internos (el despertar y la vergüenza sexual, el viaje interior, la razón de nuestra existencia, el camino, la libertad y como nos implica en ella).

Aquella noche, la profesora había tenido un intenso sueño erótico, tan fuerte que tuvo que masturbarse nada más despertó. En el sueño aparecía su marido, el cuál estaba en la guerra, donde murió muy joven. Tan cachonda estaba que cuando fue al colegio aun estaba mareada, casi embriagada, y al subir a la montaña se percató de que le había venido la regla. Estando en medio del campo y sin nada a mano, se apañó con unas hojas, pero el pobre de Nakata las encontró, para su desgracia, y la profesora, fuera de si (llena de ira, poseída, como le pasa a Kafka), le zarandeó y le golpeó.

Ella se disculpó al segundo siguiente de haberse dado cuenta de lo que había hecho, pero el daño ya estaba hecho, y al mirar a los ojos de Nakata se dio cuenta de algo horrible. En su rostro hay algo roto y una especie de aceptación, una resignación a los golpes. La profesora se da cuenta de que a Nakata le pegan en su casa, que es maltratado, y ella ha terminado de romper su fe en la humanidad. Por eso Nakata no reconoce la violencia, porque está acostumbrado a ella, ha vivido junto a ella toda su vida. No reconoce el peligro y no reacciona ante él porque no sabe qué es el miedo, se ha insensibilizado a él. Algo parecido a lo que le pasó a la gente de Japón durante la guerra, que trataban de fingir bienestar e ignoraban las penas. La violencia, para él, es un acto natural.

Personaje Nakata descrito en las primeras páginas: simple y eficaz


Nakata era un niño apático, sus padres le ponían cada vez metas más altas, eran exigentes, y él hacía las cosas bien porque las tenía que hacer, porque era su obligación, no porque le interesara. La profesora apunta que Nakata era un niño sin objetivos en la vida, que vivía por vivir, hacía las cosas por inercia. Como ahora.

Por esto mismo pienso que Nakata pudo fingir estar en coma y, luego, ser tonto, para que sus padres le dejaran vivir como quisiera. Porque, realmente, antes de ser el Nakata de ahora, ya era un ser apático sin metas ni objetivos. Fingiría perder la memoria para no tener siquiera que seguir en el nivel de estudios que tenía, sino para ser un completo idiota y poder olvidarse de la presión de sus padres. Por eso Nakata dice que "le vendría mal dejar de ser tonto de repente", porque perdería su paga y porque ya no sabe hacer nada, cosa que podría decir aun siendo mentira que "se quedó tonto", ya que desde niño sus padres no invirtieron dinero en su educación, tan solo aprendió carpintería. Le beneficia ser tonto.

Nakata, en esta teoría, buscaría la libertad, ser libre, como quiere Kafka.


Comienza el Viaje de Kafka: Capítulos 3, 5.


Me recuerda levemente a Holden de “El Guardián entre el Centeno”, ambos escapan de casa por malestares generales, son solitarios, seres incomprendidos. Creo, empero, que Holden es un personaje millón de veces más trabajado y profundo que Kafka, que es más simple que un botijo. Habla además en primera persona (Holden en pasado, Kafka en presente), como Holden, contando sus peripecias en el camino de su escapada, igualmente ambos acaban por no arreglar el problema que les llevó a huir (aunque Kafka si comienza a cerrar el capítulo de su trauma maternal, no se recupera de él, como Holden). Pero Holden si tiene una revelación, se va encontrado poco a poco a sí mismo a lo largo del relato, Kafka no. Kafka se lía más en su propio mundo.

Al igual que Holden, Kafka tiene un problema con la sexualidad, con el despertar sexual. De hecho otro tema importante en la trama es este, aunque no creo que Murakami sepa unir dos temas tan distintos como el sexo y la guerra. En este capítulo Kafka describe a una mujer al detalle, y en esta característica descriptiva me recuerda a Holden y su descripción de las mujeres, guapas, de grandes pechos… hermosas. Cosas tan detalladas y tan específicas sexualmente. Eso sí, Holden tenía más trauma sexual a causa de su vacío interno, Kafka es más bien un obseso de la pureza por las tradiciones japonesas.

Conocemos a Sakura, bienhechora de Kafka, porque Kafka otra cosa no pero ayudantes tiene miles. Nada se le opone realmente en la historia. Todos tienen una conexión extraña con él, porque sí. Sakura porque tiene un hermano de su edad (aunque Kafka le miente y le dice que tiene 17, cuando realmente tiene 15, pero bueno, pequeño error). Kafka deja caer que podría ser su hermana, cosa que veo imposible. Murakami quiere hacer ver que estos encuentros son como “cosa del destino” y que su conexión entre personajes son cosas de dioses, están unidos y destinados a ayudarse, a conocerse. Pero yo no me trago esta excusa. El pretexto de la tragedia griega se me diluye.

A la hora de ayudar a Nakata le pasa igual, todos sienten una conexión con él porque les recuerda a su abuelo o a no sé quién y porque tal y cuál. Aburrido. Creo que Murakami no sabe crear oposiciones reales en la trama. ¿Veis vosotros algún tipo de obstáculo o impedimento? Ni uno solo. La novela es, básicamente, una línea muerta constante.

¿Es su hermana o no? Kafka trata de convencerse de que ella, efectivamente, podría serlo. A pesar de no saber su edad y saber que se llama Sakura y su hermana no se llamaba así, pero claro “podría haberse cambiado el nombre”. De esta forma Kafka nos dice que él busca a su hermana y su madre en todas aquellas mujeres buenas y bellas que encajan con la edad de las susodichas. De hecho nos lo dice Kafka en algún capítulo, cuando conoce a Saeki. Kafka está desesperado por enfrentase a su destino, por encontrar a su madre y a su hermana, y no le importa fingir que cualquier mujer es una de las dos, mientras su propia mente lo crea firmemente.

Sakura le da su teléfono, posteriormente nos explicará que lo hizo porque “supo que se había escapado de casa” y se sintió identificada con él porque, oh sorpresa, ella hizo lo mismo. Claro que sí, Murakami. Kafka marcha al hotel, pero lo primero que quiere visitar es la biblioteca conmemorativa Komura, dónde le espera su destino.

Aquí Kafka da un dato extraño, y es que él de pequeño leía libros sin entenderlos. Los leía sin más. Quizá es él quien los lee, pero Cuervo quien los entiende, porque cada vez que trata de hacerse el intelectual tiene que “buscar a cuervo”. Nuevamente, apuntando que él es la luz, el consciente, y Cuervo el inconsciente.

Nada más conoce a Saeki nos damos cuenta de que Kafka tiene mommy issues. Se pirra por las maduras, porque ya sabes, buscas lo que te faltó de pequeño. Si a Kafka le faltó el amor de su madre busca en una pareja una mujer que haga de madre para él. Por eso sabemos que se enamorará de Saeki.

En la novela, Kafka y Oshima (el recepcionista de la biblioteca) hablan sobre diversos temas para que Murakami pueda lucirse y a parte conozcamos (me río yo de eso) a los personajes. Hablan de temas intelectuales o profundos para que comencemos a vislumbrar el problema de Kafka. Aquí se habla de la libertad, y él mismo dice y repite que es libre, pero que no sabe que significa, la libertad es peligrosa, le asusta. Porque está solo en tierras lejanas y nada más llamar a su padre al teléfono y sonar el marcador, cuelga asustadísimo. Es libre, pero no quiere serlo, tampoco quiere volver al pasado, que le acecha, el arrepentimiento le persigue, por algo que hará y no tiene control de ello. Realmente, vive en un limbo constante, en una encrucijada eterna sin saber qué decidir, eso es la libertad, decidir, y eso es lo que teme. La libertad, como la que vivirá en el bosque, es peligrosa porque nos pone un espejo frente al rostro y nos vemos tal y como somos en realidad. La libertad, casi siempre, es estar solo, y Kafka no desea la soledad.

Este tema también se habla en su otra novela “El fin del mundo y un despiadado país de las maravillas”. Considero que las conversaciones entre Oshima y Kafa son demasiado forzadas y falsas, tratan temas interesantes pero a veces sus respuestas son demasiado plásticas, antinaturales.


La sangre que da comienzo a la "aventura": Capítulo 9, 11.



Kafka pierde el conocimiento, se despierta de repente en un santuario Sinoista y no sabe qué ha ocurrido ni dónde ha estado, pero de lo que está seguro es de que tiene la camiseta manchada de sangre. Con una mancha en forma de mariposa, que luego aparecerá en su camino en el bosque hacia el limbo (este detalle es superfluo y estúpido, ya que Murakami tiene que explicar en el bosque que esa mariposa es la de la camiseta. Quería crear un símbolo visual, pero al explicar la referencia se pierde la magia, en mi opinión, del simbolismo, ya no lo descubres por ti mismo. Nuevamente, nos mastica la comida). Los nervios se apoderan de él, teme haber matado a alguien... porque está claro que si te despiertas con la camiseta manchada de sangre, debes haber matado a alguien, ¿no? Y lo más lógico es que Kafka piense en su padre, aunque está a kilómetros de distancia.

Cree que la profecía le ha obligado a asesinar a su padre, ya que él había huido para evitarla, entonces los dioses se cabrean y le envían subconscientemente, al estilo viaje astral, a matar a su padre. Vemos como este es un pensamiento absurdo, Murakami nos deja caer aquí lo obsesionado que está con la profecía y como domina no solo su vida sino su comportamiento y salud mental. Por otra parte, el hecho de que la profecía augure que Kafka debe asesinar a su padre y finalmente sea Nakata quien lo haga, porque Kafka huyó de su destino, rompe completamente con las normas de la tragedia griega. Es decir, que esta novela es una anti-tragedia griega. Huir no desemboca en provocar la tragedia principal, que es la profecía, no al completo al menos, aunque si provoca la tragedia de acostarse con su "madre"  y "hermana" y una tragedia más intimista. Es como si Murakami no hubiera podido inventarse una locura para que Kafka matara a su padre y puso a Nakata porque sí, porque necesitaba a alguien que cerrara la puerta que moviera toda esa trama y, de paso, que matara al padre, ya que el recurso "peco en sueños" lo usa violando a Sakura.


Cuervo aparece y nuevamente le infunda miedo, más que seguridad, es esa sombra negativa que absorbe toda su energía. Le dice que quizá ha matado a alguien, que quizá la policía le espera en el hotel, que debe huir a otra parte. Entonces decide ir a la biblioteca, pero como es tarde llama a Sakura. Esta, obviamente, va a recogerle, nuevamente recuerdos de Holden. Sakura le dice que sabía que era pequeño, que se había escapado y que necesitaría ayuda. Aquí todos son clarividentes o algo y ayudan a Kafka porque se lo dice el cosmos.

Kafka se confiesa con Sakura, le cuenta todo excepto la profecía y esta le invita a dormir, pero como le ve tan tenso le hace una paja "para relajarle", reiterando que son como hermanos, que ella tiene novio y diversas tonterías, que es una chica bien y decente. Vamos, que Sakura es un poco asaltacunas, una infiel y una manipuladora. El curriculum de los personajes bien, lo peor es que Murakami pone esto como normal, que una chica te viole casi directamente y siga siendo un angelito bienhechor en la novela. Los sucesos de este calibre son descritos con tanta naturalidad que si describiera un asesinato sería como ir a comprar el pan para el lector.

Y Kafka no puede dejar de pensar que es su hermana, aunque sabe que es imposible, pero la sangre de sus manos ha sido un despertar, de que no puede escapar de la profecía, que su destino le persigue, aunque sea mentira. Es precisamente esta actitud la que le llevará al desastre, a la tragedia, el miedo infundado de una camiseta manchada de sangre y ninguna explicación científica.

Pero, sorpresa, no es la primera vez que pierde el conocimiento o, al menos, la conciencia de lo que obra. Le ha pasado dos veces más. En ocasiones anteriores podía ver que ocurría, pero no controlarlo, esta vez sin embargo no ha podido ni verlo ni controlarlo, ha sido un borrado completo de memoria. Me recuerda al desorden de la personalidad múltiple, donde los alteres "poseen" o "controlan" momentáneamente a la persona, "huesped", y esta no puede sino sentarse a esperar y mirar qué hace su alter con su cuerpo. Es como una posesión.

Aquellas veces en las que perdió el control fue a causa de la violencia: sintió una vorágine de rabia surgir de su interior, tanta que fue incapaz de controlar su cuerpo. Pero esta vez ha sido mucho más fuerte. Algunas víctimas de posesión dicen que es así como se siente, parecido a cuando pierdes los papeles y te vuelves violento.


Error de Murakami: al principio de la explicación dice que le ha pasado, pero que luego lo recuerda, esta vez era distinto porque no recordaba nada. Luego, más adelante, dice que le ha pasado lo de no poder recordarlo.

Pág. 138

—Pierdes el control de ti mismo y actuas de manera violenta?
—Algunas veces me ha sucedido —reconozco.
—Nunca había sido tan terrible, es que esta vez ni siquiera recuerdo como he perdido el conocimiento, tampoco puedo recordar que he hecho mientras tanto, se me ha borrado por completo de la memoria. Jamás me había sucedido algo semejante.

Pág. 140

—Eso de no recordar lo que habías hecho te ha pasado antes?
Asiento, cierro los ojos.



Nakata se introduce en la encrucijada de Kafka: Capítulo 10



Nakata no trabaja, ya que es idiota, como él mismo dice, porque de pequeño le paso algo y ahora es tonto, no entiende las cosas, no se comporta como los demás. Pero vive feliz. Nakata es un personaje tranquilo, simple pero con una simpleza profunda, con una felicidad más grande que aquellos que se dicen inteligentes y miran con superioridad a Nakata. Hace años trabajaba, como carpintero, pero al cerrar la empresa Nakata se dedicó a buscar gatos, ya que él puede hablar con ellos.

La búsqueda de la gatita de una familia del barrio se mezclara con la encrucijada de Kafka. Curiosamente, las primeras escenas de Nakata en acción como detective gatuno son con un gato, el cual, no sabe expresarse correctamente. Como él, es algo idiota. Nakata nos comenta aquí como él no se entiende con todos los gatos, que sincroniza mejor o peor según la raza o los colores del pelaje. Con los que mejor, los siameses, ya que están "civilizados" y están acostumbrados a la humanidad. Casualmente, una gatita siamesa ayuda a Nakata encantada, la han visto en un descampado cerca de allí. Pero en aquel lugar un gato le avisará de la existencia de El Cazador de Gatos, debe tener cuidado, porque es muy peligroso.

Nos damos cuenta de que este personaje no solo habla con los gatos, sino que se comporta como ellos. Está, de algún modo, conectado a los gatos. Quizá, y esto es solo una loca teoría, son los gatos una raza de otro mundo, la cuál, de algún modo, tiene poder en los acontecimientos de la novela, en el incidente del bol de arroz (con el OVNI y el aura mágica) tal y como vemos al final del libro, que los gatos están enterados de "toda la movida" con el Coronel Sanders. También, en la teoría de la conspiración, se cree que existe una raza extraterrestre de gatos, y los gatos terrestres serían sus descendientes o creaciones. El caso es que Nakata cuando duerme y cierra los ojos tiene todos sus sentidos activados, como un gato, aunque aparezca alguien o haya un solo movimiento él lo va a notar. Le encanta el pescado y comidas muy parecidas a los gatos (tal y como vemos en las conversaciones que tiene con ellos).

Cuando Nakata "duerme", viaja a otro mundo, está sobre aquel abismo negro que visitó en la montaña del bol de arroz, aquel abismo negro que le conecta con otros mundos y que le hacen ser quien es, y la oscuridad no le da miedo porque ese caos es el todo. Son como viajes astrales, en aquella montaña los niños de la clase abandonaron el abismo, pero él no, y quedó atado a esa realidad.


La Biblioteca Komura: Capítulo 13



Allí se topara con el destino, el universo le dará una hostia en la cara, allí se encuentra la pieza clave de su auto-descubrimiento. Conoce a Oshima, adyudante y completo explicador de la novela, y a Saeki, la protagonista real de la obra (todo gira entorno a ella, los instrumentos, objetos, personajes, acciones).

Aquí se hablara de El Minero, obra la cuál inspira un poco el caos de esta obra, el no tener conclusión ni progreso ni avance de personaje. No hay evolución, ni enseñanza, ni nada. Así, de esta manera, perece menos obvio el hecho de que Murakami es un poco incapaz, ¿no?

En la obra de "El Minero" el personaje baja y sube de la mina y sus peripecias no le hacen cambiar, acaba como empezó. Habla de sumisión y de la pasividad del personaje, de como es esclavo del destino que el autor le ha impuesto. Que no podemos elegir, la inevitabilidad del universo. Este minero on madura, no evoluciona, tal y como ocurre con Kafka en la Orilla.

Cuando Kafka habla de cosas intelectuales aparece Cuervo, necesita siempre llamarlo para poder contestar, porque cuando no está él, su alterego, ya no es tan inteligente. De hecho una vez le pasa y debe explicarle algo a Saeki (si no recuerdo mal) y le cuesta hacerse entender. Esto solo le pasa una vez, podía ser casual, o que con Saeki no le sale "Cuervo", está desactivado porque Saeki ejerce una poderosa fuerza sobre él. También, al final de la novela y durante su progreso se ve como Cuervo pierde influencia, porque al principio camina a su lado, o está frente suyo, pero en el bosque hacia el Limbo camina tras él.

¿Es fácil elegir, podemos elegir lo que nos pasa, elegir caminos? Este tema plantean Oshima y Kafka, aunque este último niega parecerse al Minero de la novela mencionada está claro que si hay ciertas similitudes. Este es un detalle interesante, no debemos creernos todo lo que dicen los personajes, ni el narrador, debemos ser críticos y sacar propias conclusiones.

Todas las cosas de este mundo son una metáfora.
Goethe.

Oshima comenta esta cita, que se refiere a que las personas nos aferramos a cosas que nos recuerdan inconsciente y subconscientemente a algo. Kafka y todo ser humano debe vivir aferrado a algo, aunque no se de cuenta, y está claro que Kafka vive aferrado al pasado, a su trauma, a su madre. Me encanta como aquí, en este punto del análisis me apunté volver para concluir si Kafka había cambiado, si era como El Minero o no. No, no cambia; sí, es como El Minero. Chao.

La historia del minero me recuerda un poco al descenso de Inanna al Irkalla (inframundo sumerio), si acaso Inanna sale del inframundo peor, resucitada pero pierde al amor de su vida (quizá paralelismo con Kafka en la Orilla, no sé). Kafka, la única decisión que hace es huir, al igual que el minero decide bajar a la mina, como Inanna decide bajar al inframundo. Nada más. Y esa decisión no cuenta, ya que es el creador de la novela, sin esa decisión no habría comienzo. Como Inanna, Kafka viaja al inframundo, a lo oscuro, a sus propios infiernos. Un viaje al subconsciente.

Nakata vive en esta oscuridad que Kafka tanto teme, pero no le da miedo, y entre ambos hay esa conexión. Dicotomía Nakata-Kafka. Kafka es un polo, lo blanco, todavía está en la superficie, ve la luz; Nakata, por otra parte, está en la oscuridad, vive en ella, sin percatarse, hace mucho perdió la conciencia de sí mismo.

Kafka en estos capítulos y, sobre todo, en sus conversaciones con Oshima (y la mayoría de personajes) se hace pedante, cansino, el cliché del hombre en una biblioteca con música clásica de fondo que se quita el monóculo y musita un "¡Oh!" a la cámara. Ejemplo: cuando Oshima y Kafka están en el coche y escuchan música clásica y Kafka dice "oh, eso es Mozart" (o no sé qué) y me parece un recurso tan violado...

Descubrir la imperfección nos muestra las limitaciones de la vida humana. Cierto tipo de perfección solo puede conseguirse, a veces, a través de una imperfección sin límites. Oshima trata de convencernos de que la obra de su autor es buena aunque esté incompleta, porque si no nos lo dice Oshima más cabreados estaríamos al terminar. Esto me recuerda a otra de sus malditas novelas ya mencionada aquí, siempre habla de como la imperfección es la chispa de la vida, de como una vida feliz y perfecta no es lo que buscamos porque lo que queremos es desafios, problemas, miseria que nos enfrente a una vida difícil para autosuperarnos. La perfección es aburrida, el caos y el desorden es divertido porque nos ahce mejorar. Tienes que vivir mal y con problemas, amar vivir en maldad, porque si deseas amar en felicidad y paz ellos no pueden dartelo. Y más conspiraciones illuminati que se me ocurren a través de esta estúpida y retrasada idea que tiene Murakami de la jodida vida.



Nakata y El Cazador de Gatos: Capítulo 14, 16



El hombre peligroso viste como Johnny Walker, la marca de la bebida alcohólica, me pregunto porque aparecen tantas marcas. Va vestido con un atuendo extraño y cuando Nakata le pregunta le dice simplemente que ha adaptado esa forma. También, por ejemplo, el ente "bondadoso" es el Coronel Sanders, marca de KFC.

El perro de Walker lleva a Nakata hasta la casa de este hombre Cazagatos, este, spoiler, es el padre de Kafka. Kafka luego lo sabrá a través del periódico cuando vuelva de su autobusqueda en el bosque. Walker desea que Nakata tome una decisión, que le asesine, porque ya no quiere vivir más. Quiere despertar en Nakata esa violencia que le puede volver a traer de esa oscuridad. Nakata, recordando la violencia de su pasado, desata su furia y le mata. Pero quizá esto no era tan buena idea, al fin y al cabo, ya que Walker tenía otras intenciones, aunque no veo muy claro porque. (Lo comentaremos más adelante).

Walker, antes de pedirle que le mate, desea conocerle, saber como es que puede hablar con gatos. Walker sabe que Nakata estuvo allí. En ese lugar mágico al otro lado.

Primero analizaremos la conversación entre Walker y Nakata.

Los intereses de ambos se contraponen, dice Walker, ya que él quiere comerse a los gatos (sus corazones) y Nakata quiere salvarlos. Debe decidir, si matarle y salvarlos o dejarle vivir y ver como asesina a los mininos. Nakata se queda paralizado, no puede decidir, Walker dice:

Sé que es injusto pero míralo de esta manera, ¿acaso no es igual de injusto el simple hecho de elegir?

El deber de Walker es matar gatos, es su tarea y la debe hacer, no puede negarse, ha nacido para ello. Esto recuerda a la ética de Platón, un ciudadano ha de hacer lo que ha nacido para hacer, sin pensar en mejorar o cambiar de status, nunca aspirar, nunca cambiar. También recuerda a lo mencionado sobre Adolf Eichmann (durante la estancia de Kafka en el bosque), como Walker, Eichmann no piensa en la ética, no se plantea si lo que hizo en los campos de concentración estaba bien o mal, porque él era un mandado y su trabajo era obedecer. No piensan, actúan, ejecutan. Kafka juguetea con esta idea antes de este capítulo y en el siguiente, cuando aparece Nakata, nos presenta la idea de una forma más directa. (Ambos unifican la idea y presentan la conclusión). Y es que, estas personas deben morir, como murió Eichmann (según Murakami). Por eso Walker quiere ser asesinado.

¿Por qué gatos? ¿Por qué los mata? ¿Por qué desea ser asesinado? Por partes. Primero, los gatos son una especie de animal sagrado, tienen ciertos poderes, son algo especial en el "otro mundo", pero no son dioses (ya que los gatos están enterados de todo sobre la piedra, el camino de Nakata, el Coronel Sanders, son algo más que animales, casi extraterrestres diría yo). Por eso, esa energía, ese poder que poseen los gatos, es ideal para construir una flauta, una flauta mágica de magnitudes universales que recoja todas las almas. Algo así como un segador de almas, un vampiro, la parca o incluso el diablo. Por eso, queda claro que Walker es "el malo", "el diablo", aunque él mismo dice que "no elige, solo actúa", así que la ética humana no se aplica a él. No se aplica a ellos, porque viven fuera de la dualidad del bien y el mal.

Tercero, desea ser asesinado porque está cansado de esa vida, pero la realidad es que sabe que su fin se acerca, tarde o temprano. La única razón por la que Nakata está ahí es porque Kafka no está. Walker quiere que Kafka, su hijo, cumpla la profecía, pero ha huido y Nakata ocupa su lugar en el asesinato. Aun así, Kafka despierta con las manos manchadas de sangre, como si hubiera estado espiritualmente en ese momento (algo simbólico, que aun mantiene la incógnita en quién ha matado al padre, al menos para Kafka, le reaviva aun más la profecía). Incluso Nakata le confiesa esto a, creo, Saeki, que tuvo que matar a un hombre en lugar de Kafka, para que el destino siguiera su curso.

Como decía, Walker sabe que su fin se acerca, a parte de querer provocar la profecía, obliga prácticamente a Nakata a matarle para meterse en su cuerpo y escapar un poco de ese destino que le toca. Esto lo sabremos mucho después, cuando al, spoiler, morir Nakata de su cuerpo sale una serpiente (Este es Walker). Walker usó a Nakata como instrumento para el asunto de la piedra, o, quizá, apoderarse de su cuerpo en cuanto pudiera. Por ello Nakata era capaz, desde que asesino a Walker, de obrar maravillas y milagros, como que llovieran peces o sanguijuelas, porque llevaba a Walker en su interior.

Nakata cierra los ojos, para ignorar como Walker mata a los gatitos y se come sus corazones, pero eso no soluciona nada, como no solucionaba nada ignorar los malestares de la guerra, como no ayudaba ocultar heridas. Quizá hacía lo mismo cuando su padre le maltrataba, ignorar, huir a otro mundo.

Cuando hayas abierto los ojos las cosas habrán empeorado aun más.
Reprimir las heridas, ocultarlas, ignorar lo que ocurre, empeora las cosas, porque no actuamos. Ocultar las noticias negativas para no afectar a las personas es injusto con para la verdad, la verdad ha de ser escuchada aunque duela, para no volver a repetir los males, para percatarnos de que existe el odio y de que debemos ser el cambio. Para nunca olvidar a los que sufrieron.

Has de hacer frente a la realidad aunque te cueste, y esto es lo que deben hacer nuestros dos protagonistas, Kafka y Nakata. Tienen que enfrentarse a su pasado, al reflejo del espejo que tanto les acecha. Walker es el padre de Nakata, un padre horrible, como lo era el de Nakata. Walker, en este contexto, cuando Nakata coge un cuchillo y lo asesina, es su propio padre.

Finalmente, la rabia controla a Nakata y actúa, decide, un poco obligado, pero por fin mata a los fantasmas de su pasado. Y por eso Nakata sabe qué hacer, cuál es su destino, ocuparse de la piedra de la entrada. Llevarse a Saeki. "La conciencia se desvanece y Nakata es succionado por unas tinieblas desconocidas", Nakata va a ese otro lado, para despegarse cada vez más, para volver a ser un poco sí mismo.

Obviamente, Nakata salva a las gatitas.

Ahora analizaremos a Walker y su simbolismo.

Con sombrero de copa y zapatos de cuero, chaqueta roja, de odio, de pasión, color del ID, de lo salvaje, del niño malvado de nuestra mente. Es la parte mala del padre de Kafka, su ID más puro convertido en alterego, como lo es Cuervo de Kafka. Mientras que Walker, el padre de Kafka, es el rojo del ID, Kafka es el negro de Ego, la parte realista de la mente.

Ambos son alteregos porque se encuentran en el limbo, al final del libro. Mientras que el ID (Walker) es siempre malvado, el Ego (Cuervo) se deja llevar por el ID el Superego.

Que sea una marca de bebida me hace pensar que quizá el padre de Kafka es alcohólico, o que esa escena macabra sea tan solo los desvaríos del viejo Nakata ebrio salvando a gatos con los que cree que habla. Tiene muchos significados, podemos sacarle mil interpretaciones. Posiblemente ni el propio Murakami sabía el significado real mientras lo escribía, así que no os comáis la cabeza.

Creo que Nakata puede enfrentarse al ID del padre de Kafka porque él "vive en el borde del mundo", está ligado a esa oscuridad, puede hablar con gatos, que viven en mitad de los dos mundos, puede visitar las conciencias de otras personas y entenderse con ellas más que con otros humanos. Por eso con Walken se comprende perfectamente, porque como Nakata vive al otro lado.

El Bosque: Capítulo 15, 17



Oshima lleva a Kafka a la cabaña de su hermano, porque apenas le conoce y podría ser un loco asesino pero toma las llaves de mi casa y de mi coche y toma mi culo, también. Allí Kafka está aislado, no hay luz y el agua la tiene que recoger del arrollo. Oshima dice que no se adentre en el bosque, y lo hace obviamente.

Está claro que los impedimentos son internos, oníricos o imaginarios, porque obstáculos reales Kafka no tiene, más bien se los monta él solito (las manchas de sangre, le busca la policía y cree que es porque saben que él lo asesino...). Porque todos le ayudan sin pensárselo.


La primera noche en la cabaña es horrible, escucha ruidos, se hace paranoias, le invade el miedo. Y como no, aparece Cuervo para burlarse de él, porque es un nenaza. Aquí vemos clara la función de su alterego, machacarle.

En los sueños comienzan las responsabilidades.
Kafka en este capítulo lee la biografía de Eichmann, como ciertos deberes para ciertas personas superan toda ética y dualidad. En el mundo de Eichmann no había imaginación y por eso no había responsabilidad, concluye Kafka a través de esta cita. Kafka medita sobre si debería entregarse por el incidente de la camiseta llena de sangre, porque aunque soñara él es culpable, de lo que fuere que hizo. Pero se niega, pues le condenarían aunque les confesara no recordarlo ni haber estado consciente. Ahí vemos como empatiza con esta figura nazi, de como él, realmente no era culpable pues solo obedecía, y así Kafka se ve reflejado en él, de algún modo. Porque él mismo se toma como un asesino. Y conforme evoluciona la novela se etiqueta de diversas formas, se hunde a si mismo, su imagen infravalorada empeora (empieza como un niño perdido, luego nenaza, miedica, asesino y violador, aunque esto sea mentira para Kafka es real, porque se define a si mismo, no le importa la realidad, para él son más reales los sueños. De ahí también la cita de arriba y su importancia para el personaje).


Comienza a escribir un diario “porque no sé hasta cuando tendré una conciencia real de las cosas”, él se toma a si mismo como un psicópata, y aunque si tenga problemas psiquiátricos, no creo que lleguemos a este punto. Esto demuestra la teoría de que Kafka se tiene muy poco amor, que cada vez la imagen de si mismo disminuye, se odia cada día más, se critica y castiga cada día más, por ese pasado que no es capaz de superar. El alterego, la tristeza, la depresión, le embriagan, tanto que cree no poder controlarse, teme algún día la demencia. Pero nadie que teme estar loco lo está de verdad.

No es que tema que Cuervo, su alterego, domine su cuerpo, sino que la profecía se apodere de él. Porque si hubiera sido Cuervo el culpable Kafka lo sabría.

Decide adentrarse en el bosque, porque está perdido y cuando necesitas buscarte te pierdes en un bosque. Porque el bosque te representa a ti mismo, tu oscuridad, tus peligros internos. Hace varios viajes, siempre le cuesta más volver. Al final de la primera caminata dice que "nada ha cambiado desde mi partida, probablemente nada ha cambiado". Cuervo quiere convertir a Kafka en un niño fuerte, pero nada ha cambiado, ni cambiará, por mucho que se fuerce a si mismo. Y es que ni él mismo quiere cambiar, no de esa manera, porque primero ha de enfrentarse al pasado. A la profecía.

Le sucede varias veces a Kafka que le da ansiedad al mirar ciertos paisajes, como la gente yendo a trabajar, que le recuerda a como la muerte nos toca a todos y lo que hacemos en vida no importa; o las estrellas y su inmensidad, y lo pequeños que somos nosotros en comparación. Se siente pequeño en un mundo que no comprende, que no le quiere y que le abandona, y eso le recuerda a su hogar, a su padre y a su familia. Todavía es inmaduro, es un niño que no sabe nada de la vida, y percatarse de este detalle le agobia.


El ritual del agua

Kafka tiene un problema con el sexo. Sin duda, es una persona con vergüenza sexual, se avergüenza de si mismo por masturbarse, los pensamientos sexuales le incomodan, se siente sucio. Al igual que la profesora de la infancia de Nakata.

En este capítulo comienza a llover y él sale desnudo, a lavarse, gritando como si fuera un ritual extraño. Se siente liberado, nadie le ve, no hay vergüenza, es él mismo. Cuando termina desea tocarse, pero dice que no, se lo prohibe a si mismo, porque quiere mantener la pureza de ese momento especial, divino. Y lo mismo le pasará cuando, spoiler, se acueste con Saeki. Querrá mantener la esencia de ella en él.

Es un adolescente en plenos cambios, Oshima también debió pasarlos y se pregunta si a él también le obsesionaba ese tema, si estaba tan ansioso. Pero al bloquear estos sentimientos se hacen más fuertes y precisamente por esto desea acostarse con su madre y su hermana lo antes posible, porque su odio hacia la profecía, su obsesión tan insana hacia ella, hace que la cumpla pauta por pauta. Incluso Cuervo le dice que el deseo le acompañará durante toda la vida, el deseo, la lujuria, la profecía. Porque la profecía, al fin y al cabo, está encendida por la lujuria, hacia su madre, hacia su hermana, y la ira de querer desbancar al padre para casarse con la madre. Cuervo es aquel ser interior que bloquea estos sentimientos, sin él probablemente Kafka no hubiera terminado haciendo lo que hará, pero Cuervo es un efecto de su pasado traumático. Aquí entra en juego el destino griego, contra más huyes de un problema más te lo encuentras.

Aquí Cuervo nos da una pista, y es que Kafka podrá controlarse despierto, pero en los sueños y la imaginación toma el control el ID, el salvaje ID mental, los instintos. Allí todo se puede descontrolar y él no podrá hacer nada. Y Kafka cree que debe responsabilizarse de estos sueños, como del incidente de la camiseta llena de sangre, porque para él los sueños son su realidad. De esta manera Cuervo nos pone en preaviso, nos da una pista, algo que también ocurre en Edipo Rey (predecir el final, en las primeras páginas el oráculo le dice el final a Edipo). Kafka teme hacer esas cosas terribles en sus sueños y para él la culpa será igual que si lo obrara en la realidad.

Kafka no distingue la realidad de los sueños, nos iremos dando cuenta de que cada vez está más sumido en el mundo onírico, influenciado por Saeki y por sus demonios internos, los de él y los de ella, también. No es que no se pueda controlar, es que vive en la frontera de los sueños.


Acción trágica, comienza la tormenta de arena: Capítulo 18, 19, 20, 21



En los últimos dos capítulos ha habido mucha acción: Nakata mata al padre de Kafka, el Cazagatos, y Kafka comienza a abrir la piedra de la entrada. A partir de aquí los capítulos de Nakata quedan algo vacíos, si no era algo ya evidente antes ahora es más que visible. Es curioso como la policía descubre al artista (padre de Kafka) asesinado y no encuentran gatos muertos, esto demuestra que aquello era más un viaje onírico y astral que algo real. Johnnie Walker no es más que un alterego como lo es cuervo.

El viaje de Kafka es como el de Dante en la Divina Comedia, un viaje al interior de sus infiernos. Solo que Kafka no verá el cielo, o si lo empieza a vislumbrar decide no quedarse en él (el limbo del medio del bosque, que, para mí, es como aquella parte central del cerebro, del alma, el paraíso dentro de nosotros). Cuando vuelve Kafka del bosque su viaje da un paso, ahora debe enfrentarse a Saeki y su destino. No tardará mucho en enterarse, por parte de Oshima, de la muerte de su padre. Y en vez de preocuparse de él se preocupa de si mismo: ¿la sangre de su camiseta será de su padre? ¿Fue él el culpable? ¿Le estarán buscando? Y efectivamente la policía le busca.

Y aquí se cuenta la historia del novio muerto de la señorita Saeki, un novio que tuvo desde la temprana adolescencia pero que murió asaltado por unos extremistas, ya que se vio envuelto en una revuelta. Por ello Murakami nos mete también el tema político en el libro y aparecen dos feministas para que podamos reírnos de ellas con sus incongruencias. Lo veo algo forzadísimo en la trama, aunque me divierte, también me parece algo exagerado... pero bueno, allá Murakami con sus novelas. El hecho de caricaturizar a unas feministas de este modo deja claro que Murakami no simpatiza mucho con ciertos grupos políticos o con la política en general, ya que la cree causante de muertes y guerras. También me sorprende que prediga el futuro feminista con tanta precisión, ya que esta novela tiene sus años.

En este punto Oshima confiesa ser mujer, que no transexual. Él es una mujer que no se hormona, pero que se comporta e identifica como chico. Nos deja ver un poco su sentimiento de disforia, que me parece muy real en cierto punto, pero conforme evoluciona la novela vemos como Oshima se convierte en un quejica llorón con el "soy un pobre andrógino" en la boca todo el rato. Cansino.

Murakami nos deja caer una hermosa reflexión llena de verdad:

Sujetos estrechos de miras, intolerantes y sin imaginación. Tesis desconectadas de la realidad, terminología vacía, ideales usurpados, sistemas inflexibles. Son estas cosas las que a mí, realmente, me dan miedo.

De repente a Murakami le urge la política, así que nos mete con calzador, primero con Kafka y ahora con Nakata, que sale de viaje en busca de la piedra de la entrada. Y nada más le importa salvo esa piedra. Nakata se encuentra con diversos adyudantes, las dos oficinistas que le ayudan a comprar el boleto de tren y a cogerlo, el que le lleva a la autopista Tomei. Me hace gracia como se menciona que todas esas personas tras ayudar a Nakata o hablar con él se sienten mejor, como si ahora él fuera Jesucristo, pero en vez de convertir el agua en vino lo convierte en caballas y sanguijuelas. También quizá una crítica a la religión.

El siguiente es el camionero, creo que este no es Hoshino. Hablan de política, obviamente, de cómo los capitalistas destruyen el mundo. Y cuando le pregunta a Nakata su opinión este dice que no tiene, pues es tonto, pero —y en palabras del personaje— las opiniones no entienden de inteligencias, cualquiera puede tener una opinión de algo. Y sí, es cierto, pero no todo el mundo puede tener opiniones certeras u opiniones que deban ser escuchadas. Porque yo no sé nada de física cuántica y puedo decir que los agujeros negros son el culo de tu madre. La existencia de mi opinión es válida, la opinión, en sí misma, no.

El camionero menciona que los gobernadores son los perros de los capitalistas. "El mundo está lleno de esta clase de perros, pero solo responden a la voz de su amo". Y Nakata solo responde: "¿Y no existen gatos capitalistas?". Ba dum tss. Tras este personaje llega Hoshino, para volver a hablarnos de los capitalistas pero esta vez ligados a la imagen de las sanguijuelas que caen del cielo en la autopista (más bien que Nakata hace caer del cielo), es como que Murakami quiere darle distinta voz a una misma idea, pero a mi se me desencaja en esta novela. Céntrate en algo y llévalo hasta el final, y si vas a hablar de algo lígalo bien, no lo dejes caer como una piedra al suelo. Digo yo.

Nakata ha cambiado, para no volver atrás, por decidir, por dejar de ser pasivo. Y así su destino avanza hasta la misma consumación del ser. Por eso, Kafka, que jamás decide nada, no evoluciona ni concluye ni su destino REAL progresa. Está estancado en su diatriba.

Por otra parte, el personaje de Kafka también se ha movido, aunque de manera distinta, interior. Nakata hace un movimiento más físico, se mueve físicamente, Kafka interiormente. Porque ahora conoce a Saeki desde otro prisma. Oshima consigue convencer a Saeki de que se quede a vivir en la biblioteca, trabajando a cambio de estancia y comida. Y así comienza la acción, que no es acción porque no se mueve, que es como un río calmado, pero que es como un amanecer, introspectivo y profundo, aburrido para quien no sabe mirarlo. La trama y la relación entre Saeki y Kafka es muy interesante, aunque algo forzada y esto es bueno, porque ambos se fuerzan a conectar, ya que Saeki ve en Kafka a su novio muerto y Kafka ve en Saeki a la madre que le abandono. Forzar su relación es lo correcto, porque lo obran los propios personajes, no el autor (aunque en ciertas ocasiones se pasa, en ciertos momentos prefiero algo más de calma, pero vale, aprobado).

Kafka se mete de lleno en la tormenta de arena y se cuestiona lo que todo personaje de una tragedia griega debería preguntarse: ¿mis decisiones valen para algo? No, realmente no valen. Y ese es el mayor temor del protagonista. Que el destino le lleve a un camino aunque no quiera. Y Oshima nos da una pista, porque Oshima es Murakami vomitándonos en la boca, y nos habla de la tragedia griega y como funciona. Guiño guiño, codazo codazo.

La ironía de la tragedia griega, como dice Oshima, es que no son los defectos los que mueven la acción trágica, sino nuestras virtudes.
Como en Edipo, la tragedia le vino no por su estupidez e indolencia, sino por su valentía y honestidad, esa es la ironía, ahí nace. Y la ironía hace mas profundo al hombre, le obliga a crecer. “y se convierte en una puerta de acceso a una solución de una dimensión mayor”.

En este relato Kafka es Edipo y el Oráculo su padre, fue él quien le predijo la maldición. ¿Y serán las virtudes de Kafka las que le lleven a la tragedia? No, ya que vemos que Kafka se ve arrastrado por la maldición de su padre, no decide, aquí tenemos una anti-tragedia, como dijimos. Kafka, con ese pensamiento de "jamás podré mutar mi destino como no puedo cambiar de sangre" atrae la negatividad de esa tragedia, más que alejarla. No es solo el universo, sino él, es él el ejecutor. Su propio verdugo.

Cuervo: "Me da la impresión de que no hay que tener tanta confianza en la distancia".


Cuervo, al ser una parte de él, la parte más subconsciente de la mente, la parte mágica del cerebro que manifiesta cosas en el mundo físico con su verbo volátil, nos está confirmando que es Kafka es accionador de toda la tragedia, porque su mente así lo desea.

¿Su padre quiere dañar a su madre y a su hermana a través de él? El protagonista nos confiesa que él, para su padre, es como una escultura que puede demoler o destruir como quiera, su padre para él era veneno pero también tiene algo especial, un aura que supera la dualidad, que va más allá del bien y el mal. Incluso Kafka siente esa presencia, ese mal, ese aura de sombras que desprende Walker. De esta manera, él también está manchado por el aura negra de su padre y esta es la perfecta excusa para exculpar a su madre y castigar a su padre. No es que su madre fuera mala, es él que está manchado.


La Saeki Joven, espectros de las memorias: Capítulos 23, 25, 27



Kafka ve al espectro de Saeki, esa proyección de su alma es ella con quince años, la edad que tiene Kafka. Este, al verla por primera vez, siente que es demasiado hermosa para ser real, que tiene algo tan grandioso que le hace sentir diminuto, extraño, quizá porque todo lo que sea sexo, para él, está prohibido, es un tema tabú. Pero para él la perfección es dañina, porque le recuerda constantemente que él está marcado por los genes de su padre.

La niña es como una proyección, no es real, de hecho se gira en dirección a Kafka y este no se siente observado. Ella no sabe que Kafka está ahí y esto es un giro inteligente, ya que es como si Kafka fuera el fantasma y ella la persona de carne y hueso. Ambos viven en mundos distintos pero solapados, que se tocan, parece ser, a las tantas de la noche en esa habitación en concreto, donde Saeki y su novio tenían encuentros amorosos. Aquí aparece el símbolo del lago volcánico, que creo recordar aparece en también en la canción de Saeki. Kafka se siente en la superficie de un lago volcánico, como Saeki se sentía en ese momento, cuando escribió la canción en aquel limbo de otro mundo. En ese lago volcánico todo está seco y frío, Saeki tras la muerte del amor de su vida se queda sin vida, espera, como un volcán, a ser activada. Y será Kafka quien la active. Tras esta experiencia desea con toda su alma escuchar el single de Saeki, en la portada sale ella con quince años y es clavada a la aparición de anoche. Tras ese single Saeki perdió su luz, se quedó perdida, muerta en vida. Lo que tenía esa niña alegre de la portada del single se fue para siempre con su novio. Este incidente —la muerte de su novio— sucedió en el auge de su carrera musical, por lo tanto le marcó de por vida. Dejó la música y desapareció del mapa.

"Magia desvinculada de la realidad" define Kafka a Saeki.

Kafka menciona que puede ver a esa niña dentro de Saeki. A pesar de que ella está muerta en vida, en su interior resiste la niña enamorada, la enamorada de la vida, llena de alegrías, con deseos y metas, aún permanece viva y sale al exterior a caminar cuando Saeki duerme. La niña hiberna dentro de ella.

Oshima nos explica como en la literatura japonesa se habla de los espíritus vivos, es decir, espectros de gente que todavía vive. Oshima de nuevo es el recurso explicador de la trama, para que los occidentales no nos quedemos locos con esta etiqueta de “fantasma vivo”. Esto es, teoría de la literatura dentro de la literatura. Nos cuenta primero El Minero, luego la tragedia griega, ahora nos habla de Genji Monogatari y la literatura japonesa. Incluye a Freud incluso y el psicoanalismo (esto es teoría de la literatura por Murakami). Nos hace una reflexión del postmodernismo, de cómo el infierno ahora no es un lugar mitológico físico, sino un lugar mental dentro de nuestra propia cabeza. Esto es, básicamente, lo que le ocurre a Kafka, lo que le ocurre a Saeki.

Pero desde entonces las tinieblas de fuera han muerto y las de dentro se han vuelto más fuertes, ocultas como un iceberg. Esta disociación crea en nosotros confusión y grandes contradicciones.

En la segunda aparición de la niña, llueve, esto simboliza la tristeza, la melancolía. Ambos están enamorados de alguien que no está en este mundo. Ella de su novio muerto, él de la Saeki de 15 años que ya no existe en la Saeki actual.

Cuervo aparece - estás enamorado de una mujer que ya no existe y celoso de un muerto. Los celos dominan a Kafka, es una emoción demasiado intensa, incontrolable. Lo curioso es que cuando Kafka va a hablar con Saeki, Cuervo no aparece cuando su huésped le llama. Con ella es él mismo, quiera o no. Sin ayudas ni alteregos, sin velos.

Nuevamente Murakami nos da un guiño, “nadie quiere un libro sin conclusión” dice Saeki sobre uno que publicó ella sobre relámpagos. Evidentemente, a nadie le gusta un libro que corta antes de concluir cualquiera de sus tramas. El hecho no es cerrarlo todo, es cerrar ALGO. No sé, hacer tu maldito trabajo, digo yo. De esta forma Kafka cree que Saeki, efectivamente, puede ser su madre, ya que a su padre le cayó un rayo hace tiempo. De esa forma se conocieron y así tuvieron a Kafka como hijo y a su hermana. Quizá, de ese relámpago, su padre quedó tocado y visito “el otro lado” como lo hizo Nakata. Y por eso la flauta mágica, el alterego y Kafka con el mismo problema o percepción, porque comprobamos que Kafka también tiene “poderes”, puede ver el alma de Saeki caminar.

Kafka defiende los libros sin conclusión (es decir, Murakami defiende) diciendo que “la vida no se puede contener en una habitación cerrada, simplemente sigue, camina y tú pasas por medio hasta que se acaba”. Pues muy bien, pero no me vale. No me vale un final sin conclusión en todas tus malditas novelas y que digas que es chulo porque patata.

En la tercera aparición, la niña le ve, el tres es el número mágico. Le manda callar a Kafka con el dedo, quizá queriendo guardar el secreto de la visión solo para ambos. En este capítulo confiesa su amor a Saeki. Hablan de como las cosas hermosas lo son más aún si se sabe que se van a perder, esto está relacionado con el abandono que siente Kafka por su madre, la idealiza y diviniza porque le abandonó, porque culpa a su padre, que es como el demonio.

Saeki nos cuenta como ella está débil, ya apenas aguanta las fluctuaciones del viento en su rama (nos da una metáfora de un pájaro en una rama de árbol tratando de mantenerse estable a pesar del viento), ella ya no tiene fuerzas, ni ánimos, ni ganas de vivir. Le cansa esa vida, su viento sopla demasiado fuerte. Ella está mal, nos pone en predisposición para el futuro, se acuesta con Kafka porque ella tiene depresión, está perdida, como él, están en la misma onda.

A pesar de que Kafka le pregunta si tiene hijos, ella no puede responderle. Y esto es lo más raro, ya que si no tuvieras dirías directamente que no, ¿verdad? Pero sigo creyendo que ella no es su madre. En este punto comencé a teorizar que la novela podría ser alegórica, que los personajes podrían ser partes de su alma o mente, Oshima la parte racional, el explicador, el bosque los traumas y obstáculos, los bloqueos mentales, Saeki la llave para abrir la puerta a esa zona prohibida de su mente, que necesita ver para evolucionar.

Letra de la canción de Saeki "Kafka en la Orilla del mar"



Habla de que caen peces del cielo, lo que obra Nakata.

“Cuando tú estás en el borde del mundo”: no paro de pensar en el otro libro del fin del mundo, es como que se conectan ambos libros, o que Murakami habla siempre de lo mismo.

“Yo estoy en un cráter de volcán muerto”: como kafka sintió la primera vez que vio a la niña Saeki.

Es decir, que cuando su novio está al otro lado, Saeki se encuentra muerta en vida, sin alma, triste.

“Cuando el mundo se cierra la sombra del esfinge sin destino se convierte en cuchillo y atraviesa tus sueños”: cuando duermes, cuando sueñas, Saeki se levanta en alma, Kafka cometerá el crimen que es su profecía. La Esfigie sin destino, ya que en este libro la tragedia es antitragedia, es el enemigo de Edipo, en este caso la profecía, el padre de Kafka. Esta se convierte en cuchillo, la profecía ataca, Kafka la cumplirá, a través de sueños.

La letra de la canción es el futuro, es la trama del libro resumida. Saeki cae en depresión por la muerte de su novio, está pero no está, porque vive muerto en las memorias de Saeki. Sin él su vida ya no tiene sentido, por eso deja su carrera musical (se yerguen las palabras que han perdido sus letras). Todo está patas arriba, en caos.

Entonces aparece Nakata: "al dormir, la luna ilumina las sombras, pececillos caen del cielo". Nakata es la luna porque vive en el borde del mundo, aquí y allí, porque vive en las tinieblas. "Al otro lado de la ventana hay soldados con el corazón endurecido", nos habla de Nakata, de su origen, de la guerra de japón, de como surgió él, de la determinación de Nakata para cumplir su misión.

Kafka piensa en su existencia, en qué es el destino, en que es la libertad, en cuál es su misión, pero la profecía le persigue. La cumplirá, ese es su destino. (Estribillo). Saeki es la "Niña ahogada", que, estando muerta pues se la lleva Nakata al otro lado, buscarán la piedra de la entrada, el portal al más allá, para reencontrarse con Kafka en la Orilla del mar, su novio.


La piedra de la entrada: Capítulo 28


Nakata duerme para dejar paso a Hoshino porque él no puede hacer nada, flojean capítulos, no merece la pena ni comentarlos. Así que nos saltamos unos cuantos.

Hoshino se encuentra con el Coronel Sanders, me pregunto porqué precisamente este y Johnny Walker, marca americana y la segunda escocesa. No lo relaciono con la guerra entre Japón y USA, me parece simplemente azar. El Coronel Sanders, voz de Murakami, bien dice que podría haber tomado la forma de Mickey Mouse, que eso daba igual, así que aquí el autor nos da una pista: el aspecto de estos personajes no es rebuscado, es total azar.

El libro lucubra mucho sobre la guerra, las disidencias, la tragedia griega y la inevitabilidad de las acciones, elecciones, de cómo nos conducimos a un destino escrito sin elegir nada, de cómo la guerra y el odio están presentes en todos lados. De cómo la gente ignora las tragedias y lo negativo por miedo.

Le dice Coronel Sanders: “Tú quizá no lo sepas, pero en este mundo hay una especie de distorsión. Por eso el mundo ha logrado tener, al fin, la profundidad de tres dimensiones. Si quieres que todo este recto deberás vivir en un mundo hecho con escuadra.”


Hoshino consigue la piedra aceptando acostarse con una puta que estudia filosofía y le recita párrafos de sus libros mientras le monta. Viva lo aleatorio. Y que conste que lo importante no es la piedra, ya se lo deja claro Sanders, da igual que piedra sea o de donde venga, es simplemente un OBJETO que te le ha tocado ser la piedra de la entrada. Nada más, por ello no nos centramos en su descripción ni simbolismo, es una piedra normal.

Aun así la teoría filosófica que pronuncia la prostituta es interesante:

"Desde mi punto de vista yo soy yo y tu eres el objeto, pero desde tu punto de vista tu eres el yo y yo soy le objeto. Y nosotros en consecuencia vamos intercambiándonos el uno y el otro, y el yo y el objeto. Nos proyectamos el uno en el otro y establecemos la conciencia del yo de una manera activa".


El ser humano se comprende a si mismo y ala conciencia del yo a través de la proyección del yo en el objeto.


El encuentro definitivo, el sueño se hace realidad: Capítulo 29


Kafka (Y Murakami) se acuerda de repente de que, ¡oh Dios mío, existe Sakura, esa chica que me ofreció quedarme en su casa y yo desaparecí! Y por lo tanto la llama, porque esto ya quedaría demasiado mezquino, el no llamarle en el resto de la novela. De hecho Sakura se lo recrimina, ¿dónde estabas, por qué no me llamaste? Y así Kafka comienza a contarle lo que ha vivido durante estas semanas, una vida irreal, desconectado totalmente del mundo.

Kafka esta enamorado de una persona que no es real (la niña dentro de Saeki, la niña de 15 años feliz y llena de sueños), y cada vez que escucha Kafka en la orilla del mar viaja a aquel lugar, a aquel tiempo con saeki de 15. Sakura le dice que tiene malos presentimientos sobre ese sitio y que tiene que alejarse, y no se equivoca. Si ambas personas, enamorado y objeto de amor, viven lejos de la realidad puede llegar a ser peligroso. Sakura nos avisa ya de como va a acabar la novela, de como acabará este amor entre ambos. No es recomendable, no ayuda a Kafka, no aporta nada. Porque Kafka no muta tras sus encuentros con Saeki, no cambia tras tenerla, no cambia tras perderla. Todo es estático.

Y esa noche vuelve a aparecer Saeki, pero esta no es la niña sino la adulta. Parece sonámbula y no se da cuenta de lo que hace, pero acaba manteniendo relaciones sexuales con Kafka en ese sueño, porque en sueños es ella misma, en sus sueños la niña domina el cuerpo cansado y sin esperanzas de la señorita Saeki. Kafka está a tal punto que no sabe si aquella visión es real, si es otro sueño, si es otro espectro, hasta que Saeki no se tumba en la cama y siente su peso no está totalmente seguro de que sí, aquello es real. Esto demuestra como Kafka ya no distingue la realidad de la fantasía, vive en una fina línea entre ambos mundos, está tan perdido, deprimido y locamente enamorado que ya no sabe, por eso precisamente se deja llevar por Saeki, porque ya no parece ser él, es solo un objeto.

“Yo mismo estoy siendo engullido por una distorsion temporal”


Y en el momento en el que ambos se pierden en el sexo, aparece Cuervo para describirnos la escena en segunda persona (Tú haces, tu dices...) y es algo que sorprende. Él está sumido en otra realidad, que ya no es la nuestra, está en el limbo de aquel mundo de los muertos, está en los sueños de Saeki, y de Kafka solo nos queda su subconsciente, su alterego Cuervo para que nos cuente la experiencia. Involucrando a la segunda persona nos invita a vivir lo que vive Kafka, a sentir como somos nosotros los atraídos por una marea que no podemos controlar, donde nuestras decisiones no valen nada.

Definiendo la existencia: Capítulo 30


¿Es un Dios? Hoshino cree que sí, ¿es bueno o malo? Y el Coronel le explica que es mucho más complicado que esas simples etiquetas humanas. El Coronel no es un Dios, no es Buda, no es un diablo, ni es capaz de juzgar el bien y el mal, porque él no vive bajo estas normas de la dualidad, está por encima de ellas. Es decir, vive separado (no le afectan) de las leyes de la dualidad, creadas por los mortales, para él el bien y el mal no son conceptos comprensibles o aplicables en su mundo. Es un ser sin sentimientos, sin carácter, no apático, sino un ser frío, calculador, que no se para ante las emociones de la gente, porque las emociones son cosa de humanos, es algo así como un reptil (A que me recordará esto... Dioses con mente reptil que controlan las vidas humanas.). Se llama a si mismo neutro, pero ¿es un ser sin sentimientos ni compasión realmente neutro? ¿O será vil y amable según los ojos del que mira?

El papel que desempeña el Coronel, según él, es: “Supervisar la correlación de los mundos distintos, vigilar que las cosas ordenadas estén a la perfección, que la cosa proceda a la consecuencia, que no se confundan los significados, que el pasado preceda al presente, que el futuro vaya detrás del presente”.


Él es como un regulador del universo, un anti-virus del cosmos, mientras que el Walken es un virus, un trollano (no sabría como explicarlo de manera más simple). Pero ambos cumplen su función, un trollano no es malvado, un virus no tiene emociones, ni siente, ni sabe que lo que hace está mal. ¿Está vivo entonces? ¿Está la existencia ligada a la decisión o todos hemos nacido con unas órdenes preestablecidas? ¿Son reales los trollanos, antivirus, como el Coronel Sanders y Walken o solo existen, sin ser reales o estar vivos? Demasiadas cuestiones que se plantean tras leer estas palabras del Coronel. Los conceptos de existir, vivir y ser real son difíciles de comprender, y creo que vivir y ser real se pueden fusionar demasiado. Un robot existe, es real, ¿no? pero, ¿vive? ¿Bajo que parámetros definimos el "vivir? ¿La elección, las emociones, los sentimientos? ¿Y por qué dictar las leyes bajo el prisma humano?

El Coronel y Walken son como un antivirus y un trollano, existen, pero hasta cierto punto no son reales, porque son herramientas, que no objetos, usados por el cosmos (que podríamos comparar con un ordenador). El que vive, el que existe, el que es real, es el que controla ese cosmos. Y no es ninguno de los dos. Tampoco Hoshino, tampoco Kakfa ni Nakata, así que aquí se está deshumanizando un poco a la propia humanidad, se le está robando su virtud de existir, de ser real, de vivir. Y eso es muy interesante, o al menos yo lo veo así.

Es como si un dia ante una causa no hay efecto, golpeas una bola de billar y no se mueve, o le clavas un cuchillo a alguien y no muere. También si el tiempo en vez de ir hacia delante va hacia atrás, y viene el pasado y se va el futuro.


El Coronel también se para a explicarle a Hoshino porque tiene esa forma precisamente, y es básicamente porque sí, podría haber optado cualquier otra pero le gustó esa, esa fue la elección. Apunta también que la piedra no es especial, como no lo es su aspecto, sino que a esa piedra le ha tocado ser especial, ser la puerta de la entrada, porque sí, por aleatoriedad. Y así Murakami nos insta, nos exige, que dejemos de buscarle tres pies al gato, que la forma del Coronel Sanders para este personaje no es una crítica ni una alabanza a la comida basura americana, que la piedra no tiene un simbolismo más allá de que le ha tocado ser una maldita piedra, como si hubiera sido un balón de fútbol. Murakami critica al lector, que siempre quiere buscarle un significado a todo, un trasfondo, pero a veces las son porque son, por casualidad, porque les ha tocado ser.

Coronel: “ si en un relato hay una pistola, ¿hay que dispararla?”


Y la piedra hay que dispararla, en este caso levantarla y darle la vuelta, tarea que hará Hoshino, claro está. Mezcla demasiados conceptos filosóficos para explicar la trama, pero a veces se pasa de listo.

“De acuerdo con la dramaturgia ahora sentimos la inevitabilidad de desplazar la materia”


La inevitabilidad es un concepto independiente que tiene un mecanismo distinto a la lógica, la moral y el significado. La función de la inevitabilidad está ligada al papel que desempeña. Aquello cuya función no es extricamente necesaria no debe existir/ser.


Es decir, que si la piedra no tiene una función importante, no existe, y así con todo en el universo. Cada célula de nuestro cuerpo tiene una función. Si la piedra no fuera la entrada, la piedra no aparecería en la novela, es de lógica, ¿no? Pues a eso nos estamos refiriendo. Sin una pistola no hay nada que disparar, es el objeto funcional colocado en el relato lo que la acciona.

El capítulo anterior y este se unen en un concepto: no es el protagonista quien elije, es el objeto. En el anterior era Saeki, Kakfa se dejó llevar. En este es la piedra quien elije ser llevada por Hoshino. Es inevitable que la piedra se desplace. En esta novela no son los personajes los que eligen, sino los objetos. Sienten la inevitabilidad del destino, de desplazar la materia, no pueden hacer nada, solo pueden seguir hacia delante porque detener el tiempo no se puede.


Kafka: Capítulos 31,33,35,37,39


Sucede la conversación final entre ambos, Kafka y Saeki están conectados por las circunstancias, pero esa conexión es ilusión. Kafka se replantea su libertad de nuevo, ¿la desea realmente? Porque hasta ese momento no ha hecho nada para conseguirla. Nuevamente Oshima le explica a Kafka y al lector, que a veces deseamos lo que no podemos tener y que ese desafío nos hace más humanos, nos da más satisfacción (Bullshit). Oshima defiende la falta de libertad, ya que para sobrevivir como civilización hemos de restringir las libertades.

Mientras Nakata marcha a la biblioteca y se acerca a Saeki, Kafka se va al bosque de nuevo. Aquí Oshima cuenta que el bosque es como un laberinto y que en mesopotamia relacionaban el laberinto con los intestinos. Por eso el laberinto es nuestro interior.

“Es una metáfora recíproca. Lo que existe fuera de ti es una proyección de lo que existe en tu interior, lo que hay en tu interior es una proyección de lo que existe fuera de ti.”


Es peligroso andar en el laberinto exterior escudriñando a la vez el interior, le dice. Pero pasará, Kafka se meterá en el bosque y se perderá. E irá a otra parte. Pero aquella noche en el bosque sueña con Sakura. En ese sueño empieza a tocarla y mientras lo hace escucha el graznido de un cuervo, este es un aviso, algo se acerca, algo va a nacer. La desnuda, y se mira en su interior durante estas escenas. Se ve su interior, algo se dispone a salir de una cáscara, no tiene rostro, aún no sabe que es, cuando salga de esa cosa gelatinosa lo sabrá. El ser en esa cáscara alarga la mano. Y ahí él toma una decisión. Pero en realidad no, porque es el destino quien actúa, y la inevitabilidad, él es objeto, herramienta, no sujeto, no esencia ni sustancia, todo lo demás decide por él. Y viola a sakura (su hermana, para él). Aunque Sakura le insta a salir de ella, no quiere, porque "así lo ha decidido". Cuervo habla y en esta escena es la voz interna de Kafka, está harto de ser manipulado por el destino, cumplirá a rajatabla la profecía y será libre.

Al despertar todo está oscuro, como su alma, siente que aquello ha salido de la cáscara y se ha manifestado como una sombra negra, cree tener las manos manchadas de sangre humana pero no tiene luz suficiente para comprobarlo. Todo él es oscuridad, dentro y fuera. Algo ha nacido, su nuevo yo, el yo que debía ser tras cumplir la profecía, tras liberarse de la carga mental que tiene. Ahora es un nuevo Kafka liberado, se ha deshecho del huir, del peso de todo, del miedo. Pero aún está confuso como un loco invertido, aún hay tinieblas.


Nakata: Capítulos 32,34,36,38,40


Nakata comienza a ser caos, porque en su interior hay una tormenta, y esa tormenta significa cambios. Se replantea la existencia, la vida humana, tan banal, que sirve para nada. Se prepara para su muerte. Nakata confiesa que él, al no tener contenido, invitó a Walken a entrar dentro de él, y que Hoshino deberá matarlo cuando salga. Y así mismo sucede, una especie de serpiente (O algo parecido) surge de su cadáver. Esto se me escapa un poco de mi comprensión, pero básicamente Walken es un parásito y le viene perfecto que Nakata esté vacío, por eso le invitó a su casa. Le necesitaba. Pero, ¿si no estaba Kafka para matarle porque sacrificarse y poseer el cuerpo de otro? ¿Por qué no continuar como estaba si Kafka no iba a asesinarle? ¿Era para cumplir la profecía o para intervenir en el juego de la piedra de la entrada?

En este punto los caminos de ambas historias se encuentran, relacionan a Nakata con el asesinato, creen que estaba confabulado con Kafka, ambos son perseguidos por la justicia. Mientras, Saeki se muere y Nakata debe visitarla para llevarsela. No me gusta el hecho de que el Coronel y cualquier personaje de todo mascado a los personajes, son recursos demasiado simples, ¿no? Aunque la novela trate de temas más profundos y filosóficos, y ese sea el centro de la novela, el contenido exterior es demasiado pobre. ¿Qué alguien tiene que saber algo? Pues se lo dice un personaje, es un mecanismo tan básico como el de "lo ve en la tele el personaje" de las películas.

En estos capítulos la presencia de Nakata es tan diminuta y el interés por Hoshino es tan bajo que no merece la pena comentar absolutamente nada.


Saeki se marcha: Capítulo 42




Nakata es el presente que viene a recordarle a Saeki que debió morir hace mucho tiempo, son los recuerdos de un tiempo lejano que aun le atormentan, y esta vez vienen para llevársela por fin, para liberarla. Nakata le cuenta su aventura, como tuvo que matar a Walken porque Kafka no estaba presente. Y ante este comentario Saeki dice "¿Tantas cosas suceden desde que yo abri la entrada? ¿Tantas distorsiones hay aun?", es decir, que ella abrió la puerta de la entrada y así una distorsión en el universo ocurrió y eso provocó las alteraciones en la vida de Kakfa, el no completar su profecía, la intervención de Nakata y las lluvias extrañas de peces y sanguijuelas. Ella es la responsable, por eso digo que ella es la protagonista, ella acciona la trama desde el minuto 0.

Saeki y Nakata solo tienen media sombra. Ambos tienen que irse por eso, ambos fueron a otro mundo. Mientras que Nakata es presente y sin recuerdos, no sufre, porque no los tiene y saeki es pasado y tiene recuerdos, pero no puede desprenderse de ellos aunque le duelan, porque está anclada a ellos y aun le “calientan el corazón”. Saeki abrió la puerta de la entrada porque el círculo entre su novio y ella se hizo demasiado grande, fue invadido por terceros y ella no pudo soportarlo (guerra, invasores, violencia, venganza). Para defenderse de esa invasión abrió la puerta de la entrada, ¿relación con las bombas de Hiroshima y Nagasaki?

Para evitar que el exterior arruinara nuestro pequeño mundo.


Ambos se dan de la mano y Saeki se sumerge en sus recuerdos, para no volver jamás. Nakata quema los papeles de las memorias de Saeki, tras este suceso Nakata muere y de su cuerpo sale la serpiente, Hoshino la mata y mientras Kafka está al otro lado, cierra la puerta de la entrada justo cuando Kafka sale de ese otro lado. Así Hoshino termina la trama de Nakata, mata a Walken, salva a Kafka, cierra la puerta. ¡Qué bien todo! Venga, a otra cosa.


El otro lado: Capítulo 41, 43, 45, 47


Kafka decide hacer el viaje final, el viaje introspectivo al bosque, desea conocerse de una vez por todas, dar el primer paso, al menos. Los peligros del bosque son los suyos, los que él mismo con su mente ha creado, pero aun así lleva una podadora como arma, que es un elemento de seguridad. Aquí no sé si veo un error, pero dice que Kafka marca los árboles con aerosol, luego con la podadora, ¿en qué quedamos?

Y se pone a pensar, en Oshima y su sexo, en la guerra. ¿La guerra nace de la ira o del miedo? Tal vez la ira y el miedo no sean más que dos facetas diferentes de un mismo espíritu. En Sakura y que no quiere ser manipulado nunca más, repite las palabras que dijo cuando violó en sueños a sakura, que cumplirá la profecía y será libre, que no vivirá bajo la subyugación de las obsesiones de nadie. Y cuervo se lo reprocha, que no debió hacerle eso a sakura. Kafka se siente culpable, obviamente.

Cuervo dice que no ha conseguido nada, que el trato de impedirlo, que Kafka quiso vencer a la maldición pero ha conseguido nada o lo contrario, ya que ahora los genes, la maldición están dentro de él más intensos que nunca y que todavía está con miedo e inseguro, como antes. Nada ha cambiado.

"La guerra surge de la propia guerra, sin más, la guerra es un ser vivo perfecto".


Para vencer a la maldición, a sus genes, debe suicidarse, concluye. Si no lo hace se pasará la vida matando a su padre, violando a su hermana y cogiendo a su madre (metáfora de la guerra quizá, su comportamiento se repetirá, ya sabe que no era su madre ni su hermana, pero él es ruin, como su padre) es decir, haciendo daño al mundo. Por la violencia, el rencor y el miedo, que mueven la guerra. Y su guerra era con su padre, él la empezó, pero Kafka la siguió. Por eso cuervo dice que la guerra surge de la guerra. La guerra creada por Kafka, que ha mancillado y destruido a terceros, nació de otra guerra. Pero guerra es y por lo tanto mala.

Coge el cuchillo que agarró en el despacho de su padre, con él se abrirá las venas, destruirá el mecanismo. “Penetro en el corazón del bosque. Soy un hombre hueco. Un vacío que va devorando la sustancia. Y, justo por eso, no debo temerle a nada. Absolutamente a nada". Para él entrar en ese bosque es el suicidio, ya no le teme, va andando con valentía, más bien sin esperanza, no teme con qué toparse.

Abandona su mochila, se despoja de todo, ya que al mundo de las ideas has de ir sin nada, desnudo, en alma. Ya no teme al bosque, cada vez es más denso, las ramas le amenazan, pero no tiene nada que perder. Piensa en su casa, en el asesinato, piensa que le da igual que corra la sangre, ya que muchas cosas ya habían sido asesinadas allí. Y no se refiere a gatos, se refiere a él, a sus sentimientos, a la relación entre ambos, a su madre, a su hermana, a la comprensión, al amor.

El bosque amenaza a Kafka, pero como es una parte de él sabe cómo esquivar sus ataques. El bosque es su interior, él es su propio emisario. En ese momento abre “la carta” a su corazón ¿no era digno del amor de su madre? ¿Por qué le abandonó? Los genes malditos de su padre, ¿verdad? Él era el maldito, ¿no? Porque no puede concebir que su madre le hubiera abandonado porque sí, porque era una zorra sin corazón. Su madre ni le estrecho en sus brazos ni se despidió, solo desapareció. Dice que en su mente hay una orilla con oleaje y que en esa orilla se escriben letras y las olas las borran. Tiene que leerlas antes de que las olas las vuelvan a quitar pero es difícil. Es decir, que él mismo borra, inconscientemente, esos recuerdos de su mente, ha bloqueado demasiadas cosas dolorosas y ahora no puede encontrarlas, ahora que quiere enfrentarse a ellas.

Recuerda cuando fue abandonado por su madre, aunque no recuerda su rostro se imagina que es Saeki. ¿Por qué hizo algo así? Quiere ponerse en su lugar, en el de su madre, pero no puede y se convierte en un cuervo y sube a una rama en la escena de su abandono. Ahí el joven Cuervo dice que su madre le quería, que eso debe saberlo para empezar. En el fondo lo sabe, su subconsciente lo sabe, pero aun así no puede perdonarla, no por lo que hizo.

Cuervo, por una vez, es útil, porque Kafka es libre, la cáscara se rompió, es alguien nuevo y Cuervo también. Le insta a superarlo, así fueron las cosas y no pueden cambiarse, debe cambiar para ser feliz. Porque su madre ya no puede salvo diluirse poco a poco, morir, lleva una pesada carga. Por mucho que Kafka trate de arreglarlo es como un plato roto, nunca volverá a su forma original.

Dice que el corazón de su madre y el suyo son iguales, llenos de miedos e ira. Por eso tuvo que abandonarle aunque le quisiera. Kafka debe aceptar y entender los sentimientos de su madre, no heredarlos y repetirlos, muy importante. Debe perdonarla. Aun así, evidentemente, no lo entiende, y se aferra a la teoría de que Saeki es su madre y que está enamorado de ella.

Y así se encuentra con dos soldados, que le llevan hasta aquel pueblo en medio del bosque, al otro lado. Van armados, pero no matan ni disparan, porque sus armas son solo símbolos de poder, nada más. En ese punto nada puede dañar a Kafka, porque ha atravesado una barrera, un portal. Y al llegar al pueblo se da cuenta de que es diminuto, pero que es especial. ? Allí el pasado y el futuro se mezclan, como un círculo eterno. Allí están los signos y acordes que nadie más ha visto u oído.

Es curioso porque a partir de aquí Kafka cuando habla lo hace sin guión al comenzar su frase, pero el resto de personajes sí, es como que de esta manera Murakami nos quiere recalcar que ha pasado a otro lado, que ya no es como somos nosotros, que es de otra manera, en el otro lado, en el limbo, en el mundo de la mente.

Allí no hay dinero, sino trueques, en la televisión dan “Sonrisas y Lágrimas”, ya que Kafka desearía que esa fuera su madre, como siempre. Luego menciona otra “los adultos no me comprenden”, de un niño que se escapa y bebe desesperadamente una botella enorme de leche robada. Dice que cuando la termino no pudo evitar beber leche (necesidad… leche materna). Todo aquel pueblo es él, su interior gritándole la respuesta.

Se duerme, y cuando despierta se encuentra con la Saeki de quince años. Cree fielmente que es ella, pero esa Saeki no tiene recuerdos de él ni de la biblioteca. Esta Saeki debe ser un objeto, una proyección que tiene Kafka dentro de él, porque la teoría de que esa Saeki es del pasado no me la creo. ¿O si es plausible?

Siente dolor al verla dice Kafka, un dolor intenso en el pecho, Mezcla de sensaciones, amor, dolor pasión, felicidad, tristeza, Todo es como un puñal en el corazón que vierte todo esto en tu corriente sanguíneo volviéndote loco. El dolor le mantiene ALLÍ, en esa habitación dentro de la puerta de la entrada. Demasiado dramatismo innecesario en esta escena, imágenes poco claras queriéndole darles una profundidad que no tienen (en el árbol de fuera que les da la luz de la luna está clavado el puñal de su corazón, no, no lo veo).

Dentro es feliz, pero fuera hay oscuridad, y no puede ignorarla. Aun queda mucho por hacer, debe destruir y vencer al bosque, destruir las murallas, liberar a la población de ahí dentro. De su interior. Vencerse.

Las conversaciones entre personajes están tan controladas al milímetro que no queda realista, las charlas entre esta Saeki y Kafka quedan demasiado artificiales, como la mayoría de diálogos, pero parece que aquí se quiso conseguir un toque surrealista al estilo Alicia.

Saeki aparece, la Saeki de verdad, para advertirle de que debe volver al mundo real antes de que la puerta se cierre, pero él le responde que allí no tiene nada ni nadie. Eh… ¿perdona? ¿Y Oshima y Sakura? Pero Saeki quiere que él esté allí, aunque ella ya no esté, y que el cuadro de Kafka en la Orilla es suyo, se lo ha dejado en herencia. Y aquí viene la locura. Kafka y Saeki se perdonan mutuamente, Saeki por ser abandonada por su novio y Kafka por ser abandonado por su madre. Entonces, Saeki se hiere con una horquilla y Kafka bebe de ella, de su sangre. Quizá como diciendo que bebe sangre de “su madre” para apaliar y matar los genes de su padre. Pero es todo una maldita locura.

Está claro que ese es el limbo, esta “muerto” o a punto de morir y Saeki quiere que viva. Dicen los soldados que le llevaran de vuelta pero que no mire atrás, al estilo Morfeo. Y mira atrás y el hechizo de la villa le atrapa, quiere volver, pero el eco de la voz de Saeki le devuelve a la vida. Muy tragedia griega todo, muy forzado todo, muy innecesario todo.

Capítulo de Cuervo




El Joven cuervo está en un bosque, ese bosque es el limbo (el interior de cada persona es como un bosque, es el otro lado, la frontera entre sueños y realidad), un lugar de paso, mundo entre mundos, donde no tienes cuerpo ni forma. Ahí está el padre de Kafka, con sus flautas mágicas, le dice a cuervo que va a hacer una más grande.

Este capítulo diría es una lucha en el inconsciente de Kafka, en el onírico subconsciente, ya que cuervo, su alterego, lucha contra su padre, la idea de su padre malvado. Cuervo se encarniza con el padre, ya que este le dice que por mucha determinación y fuerza que tenga no podrá dañarle (Porque el odio hace mas fuerte ese tipo de ideas, el perdón si consigue vencer y hacer olvidar el dolor y el rencor). Dice el padre que el no es el adecuado para dañarle, porque debe ser Kafka REAL y consciente quien lo haga, Cuervo es la otra parte, la oscura, las tinieblas. Cuervo es una ilusión, es el subconsciente, tiene que ser Kafka quien tome la decisión, quien destruya aquella idea que le atormenta, su padre vil y cruel, sus genes malvados, su oscuridad.

El padre Walken va de rojo, que son los colores del ID. Es la parte instintiva, la parte malvada, el niño malo, el diablo que manipula al ego mientras el superyo no mira. Es el despertar del sexo, la rebeldía, el egoísmo, Kafka debe destruirlo por él mismo, tras su conversión, tras su proceso de crecimiento, ya que sigo creyendo que aquí hay una subtrama de trauma por el sexo. Pero, como dije, todo queda demasiado confuso, mezclado.

Final

Bueno, bueno, bueno. Admito que esto sucede mucho, que los finales cansan a los escritores. Lo sé, conozco la sensación, también soy culpable de pecar de querer finalizar lo antes posible una novela. Pero él es un escritor reconocido, profesional, ya curtido, ¿qué pinta este error aquí?

Porque se nota que cuando muere Saeki, todo se desmorona en la novela. Se nota demasiado. Quiere acabar lo antes posible con la novela y además, se ve que su manera de escribir capítulos cojea. Veamos, Murakami escribe —típico en él— sobre dos historias, aparentemente paralelas que se van entrelazando. Qué original, un premio nobel por aquí, por favor. Entonces, va alternando mundos. Un capítulo sobre Kafka Tamura, otro sobre Nakata. Y así hasta el final. ¿Cuál es el problema de este método? Qué tienes que usarlo hasta el mismísimo final.

Y es que, cuando Saeki y Nakata mueren, sobre todo cuando la primera cae, se ve que todo quiere acabar muy deprisa. Los capítulos de Nakata quedan cojos, flojos, aunque quedan flojos prácticamente desde el principio porque Nakata, cuando conoce a Johnny Walker acaba por perder la gracia su historia, pierde fuelle. Se nota tanto que la densidad de capítulos mengua muchísimo, sobre todo los de la historia de Nakata. Además de contar cosas superfluas. Toda la carne la has echado antes, ya no te queda nada, pero como has elegido esta forma de dividir capítulos debes hacerlo hasta el final, aunque cuentes mierda en los capítulos de Nakata, ¿verdad, Murakami?

Y Hoshino no es capaz de llenar el hueco de Nakata, ya que ni este último podía equipararse a la densidad y profundidad narrativa de Kafka Tamura, el otro protagonista, que si llena sus capítulos. El final, además, podría haber sido mucho antes, pero Murakami quiere conducirnos a ciertos caminos antes de cerrar la trama. Que digo, ¡si nunca las cierra! Murakami nos quiere llevar a dónde él quiere para que saquemos conclusiones y hagamos nuestro final. Pues no, realmente no cierra nada, simplemente quiere dejar al lector más desconcertado que antes y llevarlo al punto en el que él quiere dejarlo.

El final en sí no es malo, pero tampoco bueno. Quiero decir, que la novela va decayendo conforme va llegando al final. Se supone que el lector tiene que completar las piezas, descubrir, finalizar, poner punto y completar la historia, pero Murakami, esa estrategia no la vas a poder usar toda la vida. La gente se empieza a dar cuenta de que no es que seas postmodernista, es que eres un inútil que no sabe escribir. ¿Miento o no miento?

Y que conste que Murakami es uno de mis escritores favoritos. No sé si después de esto ese “es” pasará a un “era”, pero Kafka en la Orilla siempre será mi libro favorito.

De hecho esta sensación de que Murakami era un fraude me vino hace mucho tiempo, intentando —porque no pude ni llegar a la mitad— leer El Pájaro que Da Cuerda al Mundo. Vi la pretenciosidad del autor, la superfluidad del contenido, lo mucho que me enerva su manera de escribir, narrar, continuar la acción, presentar historia y personajes, todo. Vi lo vulgar que realmente era. Y es que hay un autor para cada época, y mi yo amante de Murakami surgió en una época muy distinta a la de ahora. Seamos sinceros, mi yo en aquellos tiempos era gilipollas.

Murakami es el autor perfecto para los pseudointelectuales, parece profundo, pero no lo es, parece vanguardista, pero se queda corto. Es como un Paulo Coelho para los que odian a Paulo Coelho, ¿me explico? Comprendo que cuando te topas con Murakami te parece la hostia, porque lo es, pero todos maduramos. Hemos de madurar y seguir. Murakami es ese novio/a misterioso, artista, vanguardista y extravagante que te habla del universo, un melancólico depresivo que bebe café y escribe a las tres de la mañana (¡Clichéeee!), que siempre habla de temas trascendentales y te abre un nuevo mundo. Pero luego, cuando creces, maduras y cambias, te das cuenta de que era un farsante, le preguntas sobre temas reales filosóficos, le sacas de sus cuatro frases de Facebook, y no sabe qué contestarte. Es un ignorante. Esto, queridos, es madurar. Abandonad a Murakami, conseguiréis a alguien mejor, dejadle antes de que la cosa se ponga peor y la relación acabe mal, para poder llevaros un buen sabor de boca.

Y que conste que muchas de sus obras me han encantado, pero ahora estoy pensando en releerlas para que arda troya.

Lo que más me gusta de Murakami, lo que me gustaba y me sigue gustando, es su gran capacidad para desconcertar, para mezclar mundos y sensaciones, para hacer de la lectura un viaje astral, un viaje introspectivo en el que te miras a ti mismo. Una lectura que es casi como una meditación hacia el nirvana. Me gusta que haga pensar al lector, que le deje sin saber qué hacer, que le deje vacío, para después autocompletarse. Es un autor poco convencional, tampoco único, pero es capaz de trasladar los mundos de la mente al papel.

Eso sí, todos sabemos que debemos reinventarnos constantemente, sobre todo como escritores o artistas. Debemos hacer siempre algo nuevo. Murakami carece de esta cualidad versátil.

Conclusión


En general, creo que es una buena obra, pero inacabada, no me vale un monton de personajes , algo planos por cierto, filosofeando y caminando si no llegan a una meta fija, sino cambian, el hecho de que se parezca al minero y el propio libro lo mencione no lo hace mejor, es como reconocer la derrota, es reconocer la mediocridad. Creo que una obra, sin una conclusión clara, no es novela sino ensayo. O ni eso, sino una conjunción de paranoias y pajas mentales unidas con diálogos y narración.
Murakami podría, alguna vez, terminar sus obras poner una conclusion clara, hacer que sus personajes cambien, que las tramas, algunas , se cierren, que algo parezca terminar, y no dejar un final tan libre que ni exista, que empiezo a pensar que lo que pasa esk no tienes ni puta idea de escribir.

No vamos a dejar más bilis escrita, pero el estilo de Murakami, leídos dos o tres libros, cansa y, además, te lo sabes de principio a fin. Deja de sorprender.



PRIMERA PARTE.

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